Llega a los medios de comunicación, y el Gobierno promueve escuelas específicas
10 may 2008 . Actualizado a las 02:00 h.Con paz y prosperidad, el gaélico, derivado de uno de los idiomas más antiguos de Europa -el celta-, vuelve a estar de moda en la República de Irlanda, donde durante años fue considerado la lengua del campo y un lastre para el progreso. La culminación del proceso de paz en Irlanda del Norte, que ha creado un nuevo espacio para el nacionalismo, y el auge económico de la república en la última década han favorecido un renacimiento del irlandés, relegado a un segundo plano desde que los británicos impusieron su soberanía en el siglo XIX.
Según datos del Gobierno, de una población de 4,2 millones de habitantes, un 5% de los adultos (unas 80.000 personas) hablan gaélico a diario (frente a un 1% a finales del XIX), un 43% dicen conocerlo y un 90% consideran que es importante y forma parte de su herencia cultural.
El ministro para Asuntos de la Comunidad, Rurales y del Gaélico, Éamon Ó Cuív, nieto del ex jefe del Estado Éamon de Valera, lidera los esfuerzos para la recuperación del idioma, basados en su promoción en las escuelas, en la empresa y en los medios de comunicación. Ó Cuív, que ha preparado un plan de actuación a veinte años para revitalizar la lengua ancestral de sus antepasados, revela cuál es su meta: «Si en dos decenios tenemos 250.000 personas que hablan irlandés a diario, la marea se habrá revertido y contaremos con una comunidad parlante lo suficientemente sólida para asegurar un futuro de crecimiento del idioma».
Ó Cuív no niega que parte del resurgimiento del gaélico se debe al reciente interés de las clases medias, sobre todo en Dublín, que ahora envían a sus hijos a las Gaelscoileanna -escuelas irlandesas- y a pasar los veranos en las Gaeltacht, las regiones del oeste del país donde el irlandés es la lengua nativa.
«Antes, el irlandés se asociaba con la lengua de los campesinos, mientras que el inglés era la que abría las puertas tanto en Irlanda como para los emigrantes que iban a buscar fortuna en Estados Unidos o Canadá», explica.
Ahora, sin embargo, hablar irlandés «se percibe como una ventaja más que como un lastre», sobre todo después de que en el 2005 el idioma fuera reconocido como lengua oficial por la Unión Europea.
Los irlandeses viajan y se dan cuenta de que los europeos hablan más de un idioma, de que el mundo no se reduce al inglés, y se sienten orgullosos de su lengua, que tiene una literatura vernácula que data del siglo V, la más antigua de Europa. Hoy por hoy, hablar gaélico queda moderno.
En televisión
Uno de los responsables de esa tendencia es el humorista y presentador televisivo Hector Ó hEochagáin, que lo ha popularizado con su programa de viajes Amú, en TG4, el único canal totalmente en esa lengua (con subtítulos en inglés). «El lanzamiento en 1996 de TG4, con buenos documentales, noticias y programas de entretenimiento, ha sido fundamental para dar una imagen de lengua viva y actual», señala Ó hEochagáin, que habla también español tras haber pasado cuatro años en el País Vasco.
El presentador, que aprendió el idioma de adolescente en la región de donde procede su madre, rechaza que el interés por el irlandés sea pasajero o un capricho de la clase media, y recuerda «la guerra que desde hace años llevan librando las Gaelscoileanna».
Mícheál Ó Broin, presidente de la asociación de escuelas irlandesas, reconoce que ha habido un aumento en su número (de 16 primarias en 1972, fuera de las Gaeltacht, a 184 en la actualidad), pero lamenta que la mayoría de ellas carezcan de financiación adecuada y muchas se encuentren en edificios provisionales.
Pese a todo, el sistema de inmersión lingüística funciona y «la clave es presentar el irlandés como lengua viva y vibrante, hablada, en lugar de la imposición» que sufrieron las generaciones anteriores, afirma. Ante quienes creen que el retorno del gaélico es una medida forzada, Hector Ó hEochagáin, que recuerda que hasta los inmigrantes se apuntan ahora a aprenderlo, mantiene que la lengua de los celtas está aquí para quedarse: «Lo llevamos en la sangre», asegura el presentador que ha logrado hacer un hueco al gaélico en los medios de masas.