ONU afirma que la crisis de los alimentos alcanza «proporciones de emergencia»

Efe

SOCIEDAD

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon declaró al comienzos de este año que la organización trataría de centrar durante 2008 la atención de la comunidad internacional en las 1.000 millones de personas que viven en pobreza extrema en el mundo.

15 abr 2008 . Actualizado a las 20:31 h.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, afirmó hoy que la crisis creada en numeroso lugares del mundo por el aumento del precio de los alimentos ha alcanzado «proporciones de emergencia».

Ban instó a evitar responder a la crisis a corto plazo e instó a complementar las medidas de emergencia con «un incremento significativo a largo plazo de la productividad de la cosecha de cereales».

«La comunidad internacional también necesitará concertar y tomar medidas urgentes para evitar las implicaciones políticas y de seguridad de esta crisis creciente», dijo el secretario general, para quien la ONU debe «encabezar» la respuesta al problema.

Ban pronunció estas palabras en la apertura de una reunión del Consejo Económico y Social (ECOSOC) de la ONU, las instituciones de Bretton Woods, la Organización Mundial de Comercio (OMC) y la Conferencia Internacional sobre el Comercio y Desarrollo de las Naciones Unidas (UNCTAD).

El encuentro, que se celebra en la sede de las Naciones Unidas.

tiene como finalidad analizar la búsqueda de fuentes de financiación para el desarrollo, la inestabilidad del mercado financiero y el impacto del cambio climático.

En su intervención, Ban se hizo eco de la reciente advertencia del presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, de que la duplicación del precio de los alimentos puede borrar siete años de progreso en el campo del desarrollo y hundir en una mayor pobreza a 100 millones de personas.

Para evitarlo, el secretario general instó a aumentar la cooperación internacional para superar la grave situación económica global que suponen la peligrosa escalada del precio de los alimentos y la inestabilidad de los mercados financieros globales.

Aseguró que «la necesidad de lograr un desarrollo sostenible y equitativo, tanto en los países pobres como ricos, es indiscutible».

Recordó la reciente declaración del Programa Mundial de Alimentos (PMA) de que el costo de mantener sus operaciones ha aumentado de 500 a 750 millones de dólares debido al encarecimiento de los alimentos.

Seis años después del Consenso de Monterrey sobre la financiación para el desarrollo, el máximo responsable de la ONU señaló que se debe buscar una nueva gama de fuentes de recursos que sean más estables y predecibles ante la reticencia de los Gobiernos a aumentar sus aportaciones.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) dijo hace dos semanas que la ayuda pública al desarrollo de los países ricos cayó en 2007 un 8,4 por ciento con respecto al año anterior, hasta representar apenas una media del 0,28 por ciento de su PIB, por debajo de los compromisos internacionales.

Ban también destacó en su intervención el «caso especial de los países de ingresos medios», para los que es de igual importancia que se les conceda «un mejor acceso» a los grandes mercados y que requieren de transferencia de tecnología y conocimientos para reforzar sus economías.

Al mismo tiempo, llamó a crear regulaciones internacionales «innovadoras y fuertes» en colaboración con la ONU para proteger los mercados financieros que se han visto alterados por la crisis hipotecaria de EEUU.

Aseguró que los organismos reguladores se encuentran fuera de sintonía con el crecimiento de los mercados financieros en los países desarrollados y en desarrollo.

«La actual confusión en los mercados mundiales demuestra que esa brecha es insostenible», agregó.

La crisis provocada por el precio de los alimentos y la turbulencia de los mercados financieros se han convertido a los ojos de los responsables de las Naciones Unidas en dos nuevos obstáculos en su agenda para el desarrollo.

El secretario general declaró al comienzos de este año que la organización trataría de centrar durante 2008 la atención de la comunidad internacional en las 1.000 millones de personas que viven en pobreza extrema en el mundo.