La violencia machista y la menor educación demuestran que queda mucho por hacer

Efe

SOCIEDAD

El 64% de los 867 millones de personas que no saben leer son mujeres, y la mayoría de los menores de hasta 11 años sin escolarizar en el mundo son niñas.

07 mar 2008 . Actualizado a las 23:15 h.

Que la situación de la mujer ha mejorado en las últimas décadas es un hecho, pero que queda mucho por hacer lo demuestran datos como el aumento de la violencia machista o que el 64% de las personas que no saben leer en el mundo sean mujeres.

Según datos hechos públicos por la ONU con motivo de la celebración, mañana, del Día Internacional de la Mujer, el 64% de los 867 millones de personas que no saben leer son mujeres, y la mayoría de los menores de hasta 11 años sin escolarizar en el mundo son niñas.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, ha reconocido que la población femenina «todavía sufre de discriminación, carencia de recursos, tiene un acceso limitado al poder y es víctima de la violencia de género».

Pero, aunque la mayoría de los gobiernos facilitan cada vez más la inversión en programas de desarrollo centrados en la población femenina y aunque más de 50 países han incluido medidas de igualdad de género en la elaboración de sus presupuestos, aún no se hace lo suficiente.

Estudios elaborados por economistas del banco de inversiones estadounidense Goldman Sachs muestran que invertir en la educación femenina puede aumentar cerca de un 0,2 por ciento el Producto Interior Bruto (PIB) anual de un centenar de países en desarrollo.

Esa educación es imprescindible para acabar con situaciones de discriminación legal como es el hecho de que en muchos países las mujeres casadas no pueden seguir llevando su apellido de soltera, en otros no tienen derecho a la propiedad ni a heredar bienes, carecen de libertad de movimiento o les impiden transmitir su nacionalidad a los hijos.

Y, sobre todo, para derrotar otro de los problemas más mencionados en la víspera de este Día de la Mujer, la violencia machista.

La alta comisaria de la ONU para los Derechos Humanos, Louise Arbour, ha denunciado que las leyes discriminatorias hacia las mujeres siguen presentes en las legislaciones de casi todos los países, en mayor o menor medida, y entre los casos más graves están los que afectan a los abusos sexuales.

En especial destacó la gravedad de que, al menos en 53 países no se ha prohibido la violación en el marco del matrimonio, por lo que los hombres se benefician de una impunidad total por los abusos físicos y sexuales contra sus esposas.

Aunque se trata de un problema extendido y que afecta a la práctica totalidad de los países, en algunos la incidencia es alarmante, como es el caso de China.

En China 90 millones de mujeres, sobre todo en el ámbito rural, sufren maltrato físico o psicológico, con total indefensión debido a la falta de concienciación y de protección legal.

Según datos de 2004 de la Federación de Todas las Mujeres de China, un tercio de los 270 millones de mujeres casadas del país asiático sufrieron algún tipo de maltrato.

Otro de los países más afectados es México, donde dos de cada tres mexicanas ha sufrido algún tipo de violencia, según un informe del Grupo Interagencial de Género (GIG) del sistema de las Naciones Unidas en México.

Para evitar que esta violencia siga en aumento, Amnistía Internacional (AI) considera que hay que erradicarla en su origen, es decir, en las escuelas.

La organización ha instado a gobiernos y autoridades escolares de todo el mundo a tomar medidas concretas para acabar con la violencia que padecen las niñas, especialmente dentro de los colegios.

AI considera que «los gobiernos están fallando a las niñas en el nivel más básico» y, según un estudio publicado con motivo del Día de la Mujer, «la violencia dentro y en el entorno de los centros educativos continúa omnipresente».

Algunos grupos concretos, como las chicas de minorías étnicas, las lesbianas o las niñas con discapacidades, sufren un riesgo aún mayor y el estudio señala que los acosos también son protagonizados por los docentes, que pueden llegar a ofrecer buenas notas a las alumnas a cambio de «favores sexuales» y, en algunos casos, incluso las golpean.

Y mientras la situación en la Tierra no mueve demasiado al optimismo, en el espacio parecen tratar de compensarlo.

El cosmonauta ruso Yuri Malenchenko ha cultivado flores de guisante en el invernadero de la Estación Espacial Internacional (EEI), con la intención de regalarle un ramo a la astronauta de la NASA y comandante de la misión, Peggy Whitson, en este Día de la Mujer.