Rouco, uno de los prelados más crítico con Zapatero

efe

SOCIEDAD

Fue ordenado sacerdote el 20 de marzo de 1959 y ejerció la docencia hasta convertirse en 1972 en vicerrector de la Universidad Pontificia de Salamanca.

04 mar 2008 . Actualizado a las 14:42 h.

El nuevo presidente de la Conferencia Episcopal, el cardenal arzobispo de Madrid Antonio María Rouco Varela, es uno de los prelados más críticos con las iniciativas del Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero que contravienen algunos de los principios de la Iglesia Católica.

Rouco, que ya ha sido anteriormente responsable de este órgano, fue uno de los asistentes a la manifestación contra la Ley de Matrimonios Homosexuales, se pronunció en contra de la Ley de Educación (LOE) y apostó por la objeción de conciencia en la nueva asignatura Educación para la Ciudadanía.

En diciembre de 2007, convocó y participó en Madrid en la multitudinaria concentración en defensa de la familia tradicional, en la que afirmó que las leyes del Gobierno hacen retroceder la Declaración de Derechos Humanos.

Cardenal arzobispo de Madrid-Alcalá y ex presidente de la Conferencia Episcopal Española (1999-2005), es miembro de la Prefectura de Asuntos Económicos de la Santa Sede.

Nació en la localidad lucense de Villalba el 20 de agosto de 1936 y realizó los estudios Eclesiásticos en el Seminario de Mondoñedo; se licenció en Teología por la Universidad Pontificia de Salamanca y se doctoró en Derecho Canónico por la Universidad de Múnich, en 1964.

Fue ordenado sacerdote el 20 de marzo de 1959 y ejerció la docencia hasta convertirse en 1972 en vicerrector de la Universidad Pontificia de Salamanca.

Nombrado en 1976 obispo auxiliar de Santiago de Compostela, el 18 de mayo de 1984 fue designado arzobispo de esa sede, en la que sustituyó a Ángel Suquía.

El 28 de julio de 1994 fue nombrado arzobispo de Madrid-Alcalá, también en sustitución de Suquía, y el 21 de febrero de 1988 se convirtió en cardenal presbítero en el séptimo consistorio convocado por Juan Pablo II, a quien acompañó en su visita a Cuba.

Rouco recibió la birreta roja y el título de San Lorenzo y San Dámaso, y el 2 de marzo de 1999 fue elegido presidente de la Conferencia Episcopal Española y reelegido para un segundo mandato.

Ponente general de la II Asamblea Especial del Sínodo de Obispos para Europa (1999), ha formado parte de la Comisión Episcopal de Enseñanza y Catequesis y fue presidente de la Junta Episcopal para Asuntos Jurídicos.

En junio de 2004 fue designado por Juan Pablo II enviado especial de la Peregrinación Europea de Jóvenes en Santiago, y el 10 de diciembre de ese mismo año, miembro del Consejo de Cardenales para el estudio de problemas organizativos y económicos de la Santa Sede.

Rouco permaneció al frente de la Conferencia Episcopal Española hasta marzo de 2005. No renovó el puesto en la LXXXIV Asamblea al no conseguir la mayoría de dos tercios necesaria para un tercer mandato y fue sustituido por el obispo de Bilbao, Ricardo Blázquez.

Desde marzo de 2005 forma parte de la Comisión permanente de la Conferencia Episcopal y como arzobispo de Madrid es miembro nato del Comité Ejecutivo de la misma.

El 17 de marzo de 2005 fue nombrado por el Papa miembro de la Prefectura de Asuntos Económicos de la Santa Sede, puesto que desempeña desde entonces.

Rouco, que formó parte de la lista de «papables», participó como cardenal elector en el cónclave que el 19 de abril de 2005 eligió Papa a Benedicto XVI en sustitución de Juan Pablo II.

Como arzobispo de Madrid, ofició la ceremonia litúrgica de la boda del Príncipe Felipe y Doña Letizia Ortiz el 22 de mayo de 2004 en la Catedral de la Almudena; el 14 de enero de 2006 bautizó en el Palacio de la Zarzuela a la primogénita de los Príncipes de Asturias, la infanta Leonor, y el 17 de julio de 2007 a la segunda hija de los Príncipes, la infanta Sofía.

Desde su puesto de arzobispo de Madrid-Alcalá firmó, en abril de 2007, la polémica orden de cierre de la parroquia de San Carlos Borromeo, en el barrio de Entrevías (Madrid) por «falta de ortodoxia» en la celebración de la liturgia, aunque posteriormente aceptó la permanencia de la parroquia, como centro pastoral.

El nuevo presidente de la CEE es autor de artículos y publicaciones como «Estado e Iglesia en la España del siglo XVI» y «Sacramento e diritto: antonomia nella Chiesa?».