En medio de la tradición y la renovación está el restaurante Rotilio, de Sanxenxo. «Tengo un respeto máximo por las dos cocinas, pero creo que alguna gente que se quedó en la cocina tradicional podría esmerarse un poco y presentar las cosas de otra manera, para que la comida entre por la vista, aunque se respeten las recetas», dice su jefa de cocina, Manicha Bermúdez.
Afirma que el público demanda novedades respetuosas con la tradición. «Hay gente que lo primero que nos dice es que no quiere cocina de autor; nosotros ofrecemos las dos opciones y así nos va bien». Para Manicha Bermúdez, el plato que hay que venerar es «el caldo gallego bien hecho, poniendo la pota al fuego de madrugada para una cocción lenta».