La UE presiona a los fabricantes para que hagan vehículos menos contaminantes

Efe

SOCIEDAD

La Comisión Europea quiere que los nuevos coches consigan emitir 130 gramos de CO2 por kilómetro en 2012.

19 dic 2007 . Actualizado a las 21:59 h.

La Comisión Europea (CE) ha propuesto un mecanismo flexible para lograr el objetivo de que los coches nuevos emitan una media de 130 gramos de CO2 por kilómetro en 2012, ya que se permitirá combinar todos los modelos de cada fabricante para evitar o reducir las penalizaciones económicas. Estas sanciones tendrán una aplicación progresiva durante cuatro años en 2012-2015 y alcanzarán sucesivamente 20, 35, 60 y 95 euros por cada gramo de más que emita cada coche matriculado que supere el límite.

Además, la Comisión planteó que los fabricantes con vehículos más contaminantes puedan mejorar la media de su gama a través de asociaciones con empresas cuyos modelos tengan menores emisiones, así como la posibilidad de una excepción para los pequeños constructores especializados. Las media de emisiones se realizaría teniendo en cuenta el peso y las matriculaciones de cada modelo en todas las marcas de cada grupo empresarial (por ejemplo, en el grupo Volkswagen se contabilizarían todas sus marcas: VW, Audi, Seat, Skoda, Lamborghini, Bugatti y Bentley). De esta forma, la media de cada grupo empresarial se realizaría de acuerdo a la auténtica importancia que cada modelo (contamine poco o mucho) tiene en sus matriculaciones totales.

El sistema, que todavía debe ser aprobado por los países de la Unión Europea, incluirá también a los fabricantes de fuera de la UE. La Comisión propuso en febrero pasado que los automóviles emitan una media de 120 gramos a partir de 2012 -frente a los 160 gramos actuales- de los que los fabricantes llegarían a 130 gramos con mejoras en la tecnología de los motores. Los 10 gramos adicionales vendrían de un mayor uso de biocombustibles, mejor gestión del tránsito o avances en tecnologías no relacionadas directamente con los fabricantes de coches (como neumáticos de bajo rozamiento o aires acondicionados más eficientes).

El mecanismo aprobado hoy por la Comisión establece una curva por la que el nivel de emisiones de los coches más pesados tendrá que mejorar proporcionalmente más que el de los vehículos ligeros.

Las penalizaciones económicas deben ser »creíbles«, a fin de hacer que el cumplimiento de los objetivos de emisiones sea »más atractivo« que el no cumplimiento», afirmó el comisario europeo de Medio Ambiente, Stavros Dimas, en la conferencia de prensa en que presentó la propuesta. Dimas reconoció que, si los fabricantes aplican a los compradores el coste de las medidas, el precio de cada coche subiría una media de 1.300 euros, lo que quedaría más que compensado, según los cálculos de la CE, con un ahorro medio de unos 2.700 euros por el menor consumo de combustible durante la vida del auto.

La Comisión espera que estas medidas ayuden a reducir en un 19% las emisiones de CO2 del ramo del transporte por carretera, que es responsable de aproximadamente el 12% de las emisiones comunitarias. «Todos los sectores deben contribuir», afirmó el comisario.

Los fabricantes de vehículos más grandes o rápidos, y por tanto más contaminantes, que no tengan modelos de menores emisiones con los que compensar tendrán la posibilidad de crear asociaciones con constructores de autos menos contaminantes. El sistema sería parecido al mecanismo de intercambio de emisiones. Las asociaciones, que no serían fusiones empresariales sino acuerdos para sus emisiones, tendrían que respetar las normas de la UE sobre libre competencia.

Además, los pequeños fabricantes especializados que hacen coches «de nicho» (menos de 10.000 unidades anuales) podrán optar por asociaciones de ese tipo o por solicitar una excepción a la Comisión Europea. El dinero recaudado a través de las penalizaciones sería destinado a los recursos financieros de la Unión Europea.

La propuesta de la CE recibió inmediatamente las críticas de las organizaciones ecologistas y de los constructores

Para Sergio Marchione, presidente de Fiat y de la asociación de fabricantes europeos ACEA, la propuesta es «muy decepcionante», mientras que Franziska Achtenberg, responsable de transporte en Greenpeace Europa, opinó que la CE ha dejado a los fabricantes escaparse «con un estándar débil y a corto plazo», a la vez que abre la puerta a los vehículos «glotones».