El 98% de las bombas de racimo «dormidas» estallan sobre civiles, la mayoría niños

Efe

SOCIEDAD

04 dic 2007 . Actualizado a las 02:00 h.

Entre un 5 y un 35% de las bombas racimo que se utilizan en el mundo no explotan al impactar contra el suelo, sino que se dispersan en el terreno y lo hacen años después, cuando alguien, en el 98% de los casos un civil y casi siempre un niño, las manipula o pisa por error.

Pese a las dificultades que hay para conocer con exactitud el número de víctimas que esta clase de armamento causa en el mundo, Greenpeace calcula que han dejado unos 100.000 muertos y mutilados en los 23 países en conflicto en los que se han utilizado.

Las bombas racimo, cuyo objetivo es «neutralizar la saturación aérea», son cápsulas que liberan decenas de pequeñas bombas que en la caída se dispersan por el terreno, por ello reciben el sobrenombre de «lluvia de acero». Enrique Figaredo, conocido como el obispo de las sillas de ruedas por su trabajo en Camboya, explicó ayer que las bombas americanas de la guerra de Vietnam siguen explosionando ahora.