La infanta Cristina espera que se arregle el matrimonio de su hermana

C. P.

SOCIEDAD

«Todas las parejas sufren altibajos», comentó ayer ?a los periodistas la segunda hija del Rey

15 nov 2007 . Actualizado a las 02:00 h.

La familia real parece creer que la relación entre la infanta Elena y Jaime de Marichalar tiene posible arreglo. Al menos, esa era la impresión que generaban ayer las respuestas de la infanta Cristina a las preguntas de los periodistas en Barcelona. Mientras, la infanta Elena llevaba, como cada día, a sus hijos a un colegio en Madrid.

Los reporteros preguntaron a doña Cristina antes de entrar en su trabajo en la Fundación La Caixa si estaba al tanto de la situación, y después le inquirieron sobre el estado de ánimo de doña Elena, apenas un día después del anuncio de su separación temporal. «Mi hermana se encuentra bien, está tranquila, gracias», dijo la segunda hija de los Reyes. En cuanto a si la ruptura matrimonial fue de mutuo acuerdo, doña Cristina asintió: «Sí, de mutuo acuerdo», a lo que añadió un esperanzador «todas las parejas tienen sus altibajos». Eso animó a los periodistas a preguntarle si creía que era posible un acuerdo entre la infanta Elena y Jaime de Marichalar; y la infanta Cristina respondió: «Esperemos, esperemos».

Sin embargo, los cronistas especializados en la Casa Real coinciden en que la infanta Elena y su esposo, de 44 años, son muy diferentes. El resto de la familia real evitó ayer comentar el anuncio de la separación de la pareja.

Apoyo ciudadano

Los príncipes de Asturias siguen de viaje por Oriente, y ninguno quiso hacer declaraciones sobre la noticia. La situación se repitió en España, ya que los Reyes inauguraron la nueva sede de las Cortes de Castilla y León; aunque no hubo referencias a ningún suceso puramente familiar, este era la comidilla entre los presentes.

Uno de los espectadores sintetizó a la perfección la sensación que, seguramente, tenían muchos otros paisanos: «La verdad es que, con la que está cayendo, con lo que le ha pasado con su hija y la defensa que hizo de España en la cumbre es normal que vengamos a prestarle nuestro apoyo, a decirle que estamos con él», explicó Manuel mientras esperaba la llegada de los visitantes.

Mientras tanto, la infanta Elena demostró ayer que después de la separación su vida sigue con normalidad. Doña Elena llevó ayer a sus hijos, Froilán y Federica, al colegio como una mañana más, aunque en esta ocasión había decenas de cámaras de televisión y de prensa siguiendo todos los movimientos de la infanta. La Casa Real aumentó la seguridad de la primogénita de los Reyes, posiblemente en previsión de un seguimiento masivo de los medios, e impidió el acercamiento de los micrófonos a la aristócrata, que entró muy sonriente en el colegio, vestida de manera informal. Un abrigo clásico de color cámel, zapatillas de deporte, pantalón negro y un fular al cuello eran el atuendo elegido por la infanta, que, sonriente y relajada, llevaba su mirada protegida por unas gafas de sol.

La otra parte de la pareja, Jaime de Marichalar, no dio ayer señales de vida. De su casa del barrio de Salamanca solo se asomó al balcón uno de sus perros, y tal es el silencio que hay al respecto que se especula con que el aristócrata podría haberse marchado a París.

De hecho, muchos periodistas apuestan por que la residencia futura de Jaime de Marichalar, en caso de no arreglarse el matrimonio, puede estar entre París y Nueva York, además de las visitas esporádicas a Madrid para ver a sus hijos, que son su mayor preocupación.

Por otra parte, Internet, fiel a su carácter inmediato, ya se hacía eco ayer de la separación de la infanta Elena. La enciclopedia virtual elaborada por los internautas, Wikipedia, recogía la separación de hecho de la primogénita de los Reyes de España.