Los afectados sufren episodios psicóticos, angustia o desórdenes del comportamiento tras realizar la ruta
27 sep 2007 . Actualizado a las 02:00 h.El psiquiatra burgalés Jesús de la Gándara describió por vez primera en el congreso español de la especialidad que se celebra en Compostela el síndrome del Camino de Santiago, que sufren algunos de los peregrinos que lo recorren. De la Gándara ha estudiado 38 casos en los últimos siete años; y todos comparten tres características: manifestarse afectados por un fuerte sentimiento de misticismo, padecer la fatiga de haber caminado mucho y tener antecedentes de patologías de salud mental.
El 70% de los afectados eran varones, y la edad media, 40 años. Los síntomas más frecuentes que presentaban eran «episodios psicóticos agudos, con desórdenes de comportamiento, alucinaciones, delirios, trastornos emocionales intensos de tipo maníaco y sensación paranoide. Menos habituales eran los síntomas depresivos o derivados del uso de sustancias», explicó el especialista.
Los enfermos tratados permanecieron diez días ingresados en la unidad de psiquiatría del Hospital de Burgos. Tras recibir el alta, solo cuatro continuaron el Camino, mientras que los restantes regresaron a su domicilio. Tres de ellos repitieron la experiencia más adelante. Aunque el 40% del total de peregrinos son extranjeros, el 90% de los afectados por este síndrome procedían de diversas comunidades españolas.
De la Gándara admitió que no ha inventado una nueva enfermedad, sino «una alteración del comportamiento que podría ser diagnosticada como cualquier otra; un trastorno que es peculiar de un tipo de personas en unas condiciones de vida que tienen que ver con el caminar; eso es lo específico».
Este síndrome, precisó, es semejante a otros como el de Stendhal, que describió por vez primera una especialista de Florencia, caracterizado por breves afecciones angustiosas y psicóticas de personas que se sienten saturadas de arte, lo que les provoca crisis de angustia; el síndrome de Jerusalén, que experimentan los peregrinos que viajan a esa ciudad, que sufren cambios notables en su personalidad; el del judío errante, o el de Ulises.
El psiquiatra burgalés afirmó que las personas afectadas tienen «propensión» a padecer este problema de salud, que se desencadena por cuestiones de tipo religioso o místico al recorrer la ruta jacobea, sobre todo si se plantea su realización «como un reto para buscar soluciones a sus problemas o sanaciones un tanto peculiares».
De la Gándara describió ayer dos de los casos tratados: una médica burgalesa, que hizo el Camino con otros colegas y al llegar a Burgos presentaba un comportamiento muy raro, por lo que sus compañeros de ruta pidieron ayuda y fue preciso su ingreso en psiquiatría; y un «adicto a caminar» que había recorrido 100.000 kilómetros por diversos países y sufrió el síndrome también a la altura de Burgos. Varios hospitaleros de albergues han dado aviso de casos que provocaron desórdenes y requirieron incluso la intervención de la policía, aunque no se han dado agresiones ni peligrosidad social, señaló.