Lavarse los dientes con el grifo abierto se pagará muy caro

S. Basterrechea REDACCIÓN

SOCIEDAD

La ministra de Medio Ambiente propone penalizar en los recibos el despilfarro de líquido. Poner la lavadora a diario o usar mucho la cisterna puede notarse en el bolsillo.

03 nov 2006 . Actualizado a las 06:00 h.

Cada gallego gasta en su casa una media de 155 litros de agua al día. ¿Sería posible consumir sólo 60, como propone la ministra de Medio Ambiente, y aun así seguir duchándose, poniendo la lavadora, enchufando el lavavajillas y tirando de la cisterna cada vez que se usa el inodoro? Es decir, ¿se podría vivir con las mismas comodidades con menos de la mitad del agua que se utiliza ahora? «Lo veo un poco justo y bastante complicado para la sociedad en la que estamos. Habría que tener una disciplina prusiana para no pasarse de los sesenta litros», comenta Javier Nuevo, director general de Emalcsa, la empresa municipal de aguas de A Coruña. En su opinión, el tope propuesto por Cristina Narbona, a partir del cual se encarecería el recibo del agua con tarifas por tramos de consumo, debería incrementarse en algún que otro litro para adecuarse a la realidad. De hecho, algunas tareas domésticas y de aseo personal que se hacen a diario superan con creces dicho límite. Si al levantarse se da una ducha, sepa que en cinco minutos habrá gastado ya unos 40 litros de agua. El gasto sería mayor con un baño, para el que se utilizan 130 litros. Después se lavará los dientes y, si lo hace sin cerrar el grifo, deberá sumar 19 más. Ya habrá alcanzado prácticamente el tope de los 60 litros. Y el día no ha hecho más que empezar. Si a eso se suma que ese día pone una lavadora (100 litros de media), el lavavajillas después de comer (30 litros), que volverá a cepillarse la dentadura dos veces más (con la primera ya irían casi los 60 litros) y que también usará el inodoro en más de una ocasión (se cuelan entre 10 y 15 litros por el desagüe cada vez que tira de la cadena), el recibo del agua le saldría bastante caro. En resumen, para no excederse demasiado en la factura y contener el gasto hídrico, sólo sería posible ducharse una vez al día, usar la cisterna en una ocasión y darse un solo cepillado de dientes. La colada y los platos tendrían que esperar. Críticas Algunos políticos de la oposición ya han manifestado su rechazo a la medida planteada por Narbona, que creen «un despropósito», que promueve «la poca limpieza y aseo», que equipara a España «con el África subdesarrollada» y que pretende que los ciudadanos recuperen «la vieja usanza de lavar la ropa en el río». Sin embargo, la propuesta sí ha sido aplaudida desde las filas ecologistas. «Non significa retroceder ao tempo das cavernas nin vivir coma porcos», apunta Virginia Rodríguez, de Adega. «Sesenta litros chegarían se se reutilizase o auga da ducha para o inodoro e se a cisterna empregase tres litros e non dez, se se aplicasen mecanismos de aforro», añade. Según explica, es necesario fijar un límite al consumo de agua para frenar el despilfarro. «Como aquí chove bastante parece que Galicia non ten problemas de auga, pero cada vez hai máis presión urbanística e xa temos algunha restricción».