Ourense abrazó al Príncipe

Alba Díaz-Pachín

SOCIEDAD

Miguel Villar

02 nov 2006 . Actualizado a las 06:00 h.

Con aplausos y palabras de cariño. Así recibieron los ourensanos al príncipe Felipe que a lo largo del día de hoy, y también mañana, participará en un seminario sobre inmigración organizado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). No era una visita oficial, pero eso no fue excusa para que miles de ciudadanos se echaran a la calle a arropar al heredero de la Corona. Un portavoz de la Casa Real explicaba -tras la llegada a Ourense de la comitiva, en torno a las nueve de la noche- que don Felipe de Borbón insistió en agradecer a todos los ourensanos su tiempo y, sobre todo, su calor. El Príncipe fue recibido en Ourense por dos de los vicepresidentes del CSIC, José Manuel Fernández Labastida y Rafael Rodríguez. Pero en la cena, además de miembros del consejo superior, lo acompañaron el presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño; la presidenta del Parlamento gallego, Dolores Villarino; el delegado del Gobierno en Galicia, Manuel Ameijeiras; la conselleira de Educación, Laura Sánchez Piñón; y el alcalde de Ourense, Manuel Cabezas. Precisamente el regidor fue el encargado de calentar el ambiente. Para él fueron los primeros aplausos de la noche, cuando se bajó del coche. Para muchos ourensanos -si hay quien se declara juancarlista, ayer había devotos felipistas- fue un día de fiesta. Desde las cinco y media de la tarde esperaban algunas vecinas a las puertas del restaurante donde cenó don Felipe. «Es alto y guapo, supongo. O mucho engaña en la tele...», decía una mujer desde primera fila. «Es gratis», apuntaban los optimistas. «Se estivera a princesa, mellor aínda», añadía otra. Y es que Letizia fue la gran ausente para los que salieron a la calle. Todos pensaban en ella y en su embarazo. Felipe de Borbón pudo ratificar ayer, sentado a la mesa de A Adega do Emilio, la buena fama de la gastronomía ourensana. Jamón ibérico y queso gallego, revuelto de erizos y algas y solomillo con foie fresco. De postre, filloas rellenas de crema de castañas -para hacer patria-, tarta de almendra y pudin de manzana. Era imposible que todas las denominaciones de origen ourensanas estuvieran representadas. El Príncipe probó un ribeiro, Lagar de Meréns, y un tinto de Valdeorras, Pagos de Galir. Fuentes de la Casa Real explicaban ayer que el heredero pasará dos días en el parador de Santo Estevo de Ribas de Sil, en Nogueira de Ramuín. Es probable que no tenga oportunidad de conocer los encantos de la Ribeira Sacra, ya que éste es un viaje de trabajo. En varias sesiones, el CSIC analizará, en su presencia, la repercusión económica y social de la inmigración en España. Lo que ayer pocos sabían es que Ourense estaba de aniversario. El investigador Juan Ramón Álvarez Blanco recordaba a La Voz que precisamente en el 2006 se cumplen 500 años de otra visita real, la de Felipe el Hermoso y Juana la Loca. No es ésta la única coincidencia. La comitiva real entró en 1506 por el puente romano. Y precisamente a cien metros de este punto de la ciudad cenó ayer Felipe de Borbón. Pero es que hay más. La primera hija de los reyes Felipe y Juana se llamaba Leonor. Y cuando la soberana llegó a Ourense estaba embaraza de tres meses. | ruth nóvoa