Más de un millón y medio de peregrinos acudirán a Valencia por la visita del Papa

Enrique Clemente Navarro
Enrique Clemente ENVIADO ESPECIAL | VALENCIA

SOCIEDAD

El Encuentro Mundial de las Familias estará marcado por la tragedia en el metro valenciano Blázquez sostiene que «personas y grupos extraños» quieren apropiarse del Evangelio

06 jul 2006 . Actualizado a las 07:00 h.

Valencia está preparada para recibir una auténtica marea blanca y amarilla de peregrinos, los colores vaticanos de las mochilas que portan. Se espera que un millón y medio de ellos asistan a los actos que protagonizará el Papa durante su visita de este fin de semana. Su llegada está contribuyendo a devolver el ánimo a la ciudad, abatida por la tragedia del metro, que marcará, en cualquier caso, el viaje de Benedicto XVI. Éste ha cambiado su itinerario para hacer una parada en la estación de Jesús, lugar del accidente. También tendrá un encuentro con los familiares de las víctimas en la basílica de los Desamparados y hará varias referencias en sus discursos, para darles consuelo. A fin de garantizar la seguridad se desplegarán 6.700 policías, 2.000 de los cuales llegaron ayer como refuerzo en 40 autobuses, procedentes en su mayoría de la Academia de Ávila. A ellos se sumarán los 1.400 policías municipales de que dispone la ciudad y 2.000 guardias civiles. Aviones Awacs de la OTAN, capaces de detectar objetos volantes a cualquier altura, vigilarán el espacio aéreo para prevenir un posible atentado. Diez mil voluntarios atenderán a los peregrinos. Evangelio de Judas Por su parte, Ricardo Blázquez aseguró ayer que «personas y grupos extraños» intentan apropiarse del Evangelio y «desposeer a la Iglesia de él». El presidente de la Conferencia Episcopal hizo esta advertencia en su ponencia La transmisión de la fe: aspectos teológicos -que pronunció en el Congreso Teológico-Pastoral que se celebra dentro del quinto Encuentro Mundial de las Familias-, en referencia al revisionismo que contienen El Código Da Vinci y el Evangelio apócrifo de Judas. Consideró «preocupantes» las reacciones suscitadas tras el supuesto descubrimiento de este último, porque se pretende decir que el «cristianismo que ha sido transmitido por la Iglesia ha ocultado cosas importantes», con lo que «se le disputaría a la Iglesia la lealtad en custodiar la memoria de Jesús».