El eclipse solar volvió a dejar su estela de curiosidad, aunque en Galicia apenas se pudo observar

La Voz LA VOZ | AGENCIAS

SOCIEDAD

29 mar 2006 . Actualizado a las 07:00 h.

El segundo eclipse de sol en seis meses volvió a entusiasmar a medio mundo, en el que no se encontraba Galicia. La trayectoria de la alineación solar sólo dejaba para el país una parte del fenómeno, pero las nubes se encargaron de que los aficionados apenas pudieran conformarse con ello. Y eso que el eclipse recorrió unos 14.000 kilómetros desde el extremo nororiental de Brasil hasta el norte de Mongolia, atravesando cuatro continentes y despertando la expectación a su paso. Como siempre, el fenómeno despertó algo más que curiosidad. Según la agencia France Press, en algunas zonas de Turquía donde la información del eclipse no había llegado, cundió el pánico, ya que la población interpretó que estaba a punto de producirse un terremoto. El único lugar de la Unión Europea donde el eclipse fue total fue la pequeña isla de Kastellorizo, en Grecia. Allí, las plazas hoteleras estaban reservadas desde hacía ya tres años, lo que no impidió que la isla se viera asaltada por una legión de aficionados y curiosos. Egipto fue también uno de los países donde mejor pudo seguirse el eclipse. De hecho, el presidente Hosni Mubarak se desplazó hasta Al Sallum, al noroeste del país, para seguir con un grupo de científicos el acontecimiento astronómico. La falta de público en el centro de Asia contrastó con la muchedumbre que el eclipse congregó en las calles de las principales ciudades de Ghana, donde el fenómeno fue incluso anunciado con sirenas. Sin embargo, la población de otro país africano, Togo, prefirió seguir el eclipse por televisión, debido a las campañas de información gubernamentales sobre el peligro de quemaduras oculares irreversibles si se observaba sin protección.