«Todo es posible mientras no se pueda probar lo contrario»

David Gippini SANTIAGO

SOCIEDAD

PACO RODRÍGUEZ

Uno de los padres de la nanotecnología, que se encuentra entre las disciplinas científicas más prometedoras, explicará hoy en Santiago el estado de las investigaciones

15 mar 2006 . Actualizado a las 06:00 h.

La aportación de Heinrich Rohrer (Buchs, Suiza, 1933) fue decisiva para el desarrollo de la nanotecnología. Sus trabajos permitieron desarrollar el llamado microscopio de efecto túnel, herramienta imprescindible para visualizar átomos y manipularlos, que abrió un mundo nuevo a científicos de todo el mundo y que le valió en 1986 el Premio Nobel de Física junto a su colega Gerd Binnig. Hoy pronunciará en Santiago una conferencia dentro del ciclo ConCiencia, que organiza el Consorcio de la ciudad. -Yo diría que estamos aún en una fase inicial. Pero en lo que se refiere a la capacidad de análisis, hemos avanzado mucho, somos capaces de medir y analizar, lo cual es fundamental. La nueva fase, por supuesto, será la de la creación de nuevos nanomateriales, hechos a partir de pequeños trozos del tamaño de una molécula, que serán los que les den sus propiedades.

-¿Cuáles son los campos más prometedores?

-Las posibilidades son muchas. El laboratorio suizo con el que colaboro está trabajando en un dispositivo de almacenamiento de apenas tres centímetros de ancho y otros tantos de largo que permitirá almacenar hasta un terabyte de información, el equivalente de 200 DVD. También se abre la posibilidad de crear minúsculos sensores, capaces de detectar si una persona padece gripe u otra enfermedad simplemente con acercarse a ella.

-¿También cabe pensar en aplicaciones para la medicina?

-No es un campo que conozca bien, pero estoy convencido de que la nanotecnología será una herramienta muy útil para mejorar las técnicas de diagnóstico y análisis; basta con pensar en la posibilidad de introducir cámaras minúsculas en el cuerpo para detectar un problema de salud.

-También se habla de aplicaciones negativas, como armas o materiales que podrían ser tóxicos. ¿Cree que es necesario limitar en algún sentido la investigación?

-¡No hace falta acudir a la nanotecnología para encontrar aplicaciones negativas de la ciencia! La espada, por ejemplo, tiene miles de años de antigüedad, y también mata. La nanotecnología es un avance, pero desde el punto de vista moral no se diferencia en nada de otras disciplinas.

-Usted ha dicho en alguna ocasión que la imaginación es el único límite para los investigadores. ¿Sigue pensando lo mismo?

-No me gusta hablar de límites. Creo que todo es posible mientras no se pueda probar lo contrario. Desde este punto de vista, el límite no es sólo determinar si algo puede hacerse, sino si realmente queremos hacerlo. Por ejemplo, un sensor para detectar enfermos puede ser muy útil para evitar contagios, pero desde el punto de vista social puede ser peligroso.