Blair vota por crear «miniprostíbulos»

Manuel Allende CORRESPONSAL | LONDRES

SOCIEDAD

JOHN D MCHUGH

Crónica | Polémica ley inglesa El Ministerio de Interior inglés estudia legalizar la prostitución en pisos en los que trabajen varias mujeres, para acabar con la inseguridad en la calles

17 ene 2006 . Actualizado a las 06:00 h.

Los políticos británicos han comprendido que si es imposible erradicar la prostitución, algo que los más victorianos de Reino Unido han buscado décadas, al menos lo que sí se puede hacer es dotar a esta función social de un nuevo marco en el que las trabajadoras estén más seguras. Por este motivo el Ministerio británico de Interior presentó ayer un proyecto de ley que busca en primer lugar aplicar medias más represivas contra los clientes de las mujeres que hagan la calle, la desaparición de la prostitución callejera y en su lugar permitir que dos y hasta tres mujeres puedan compartir una misma dirección en la que trabajar. Para entender lo que pretende el Gobierno de Tony Blair hay que entender cómo se ejercita en estos momentos la prostitución en una ciudad como Londres. En esta capital existe un gran mercado de prostitución basado en lo que aquí se llama kerbcrawlers , esto es, pasearse con un vehículo por un parque industrial o por las callejuelas traseras de la estación de Charing Cross, en el centro de la ciudad, e invitar a subir a una de las mujeres que se pasea por las aceras, por lo general, una prostitución poco segura para la mujer, sin ningún control sanitario y además un pésimo cartel anunciador de la ciudad. Lo que quiere el Gobierno es que la ley sea más severa con estos hombres a los que si se les detiene de manera sucesiva pueden perder el carné de conducir y ser conducidos a comisaría. Además las cuantías de las multas aumentarán. El caso más notorio de esta práctica ocurrió hace unos años cuando el fiscal general del Estado de aquel momento fue detenido mientras negociaba con una prostituta, desde su Jaguar. Al fiscal le costó su trabajo, su matrimonio y en última instancia se cobró la vida de su mujer que se suicidó. Hoy, sólo una persona puede trabajar como prostituta en un apartamento. Si hay más de una persona, el apartamento es considerado por la ley como un burdel, establecimientos ilegales en Gran Bretaña. En el Soho londinense se pueden ver cuando cae la tarde cómo se van encendiendo en las ventanas de ciertas viviendas unas lamparitas rojas. ? Interior prevé casas especiales para evitar la recaída de prostitutas que han dejado ese trabajo, así como programas para ayudarles a reinsertarse. Lo que pretende el Gobierno de Blair es llevar la prostitución al siglo XXI, alejarlo de la imagen más próxima a los libros de Charles Dickens.