Los obispos abren la puerta al acuerdo sobre educación con el Gobierno

Paloma Abejón LA VOZ | MADRID

SOCIEDAD

VÍCTOR LERENA

Blázquez quiere recuperar el espíritu de la transición para un pacto «razonable y duradero» Afirman que no actuarán «al rebufo de cuestiones que otros introduzcan en la sociedad»

21 nov 2005 . Actualizado a las 06:00 h.

El presidente de la Conferencia Episcopal Española y obispo de Bilbao, Ricardo Blázquez, dejó ayer clara la postura oficial de la Iglesia respecto a la nueva ley de Educación y abrió la puerta a la posibilidad de acuerdo. Con esta postura, que sorprendió a muchos, se rebaja más de un grado el enfrentamiento con el Gobierno tras la manifestación del pasado sábado, en la que participaron seis prelados y a cuya participación se llamó desde los púlpitos de las iglesias. Blázquez, al que desde ciertos sectores se ha aludido como el gran desaparecido en esta crisis, reapareció ayer al mando de los obispos acompañado precisamente por dos de los representantes del sector más duro de la Iglesia, su antecesor, Antonio María Rouco Varela, y el arzobispo de Toledo, Antonio Cañizares. Junto a ellos, expresó su confianza en que finalmente pueda alcanzarse «un acuerdo razonable y duradero en materia de enseñanza». Además, afirmó que la Iglesia no tiene intención de «actuar a rebufo de las cuestiones que otros introduzcan en la sociedad o por reacción a las iniciativas del Gobierno». Según dijo, «la Iglesia tiene su programa en Jesucristo y su Evangelio, que proclama con atrevimiento y sin miedos, y eso es lo que guía la acción pastoral». Haciendo gala del espíritu dialogante del que se ha venido hablando desde su elección, el obispo de Bilbao quiso cerrar cualquier polémica y manifestó la necesidad «de volver a las actitudes de curación de heridas de la transición». Durante su discurso de apertura de la primera Asamblea Plenaria de los obispos que preside, Blázquez afirmó que la Iglesia católica «desea hondamente que en la LOE sea reconocida adecuadamente la asignatura de Religión católica, según el derecho que asiste a los padres a elegir la educación que desean para sus hijos y según lo que dicen la Constitución y los acuerdos con el Estado». Según dijo, «queremos también, y en la medida de nuestras fuerzas nos comprometemos, que la educación, tan vital siempre, tan complicada actualmente y tan postrada en nuestra situación presente, sea mejorada, ya que en ella se decide en buena medida el presente y futuro de nuestra sociedad, de todos nosotros». Finalmente, en relación con la polémica sobre la financiación de la Iglesia, Blázquez enumeró la actividad social que realizan distintos colectivos y congregaciones de la confesión católica con ancianos, pobres, marginados o enfermos, entre otros, y pidió, sin mencionar la palabra financiación en ningún momento, «que la Iglesia sea contemplada en su totalidad».