Primavera familiar con Gaultier

Alba Díaz-Pachín | alba.diaz@lavoz.es

SOCIEDAD

PHILIPPE WOJAZER | RREUTERS

04 oct 2005 . Actualizado a las 07:00 h.

Les presento a la familia Gaultier , una propuesta del famoso diseñador francés para la próxima primavera. Comprenderán que, ante esta bella estampa y con la página a todo color, no pudiera resistirme a incluir esta magnífica foto en la que Gaultier propone para mamá, para papá, para el niño y para la niña. ¿Les gusta? Ya sé que la mayoría de ustedes no se ven con semejante atuendo la próxima primavera, pero no me negarán que los niños están preciosos. Fue uno de los desfiles más espectaculares de los que se vieron ayer en París, adonde se ha trasladado la atención internacional del siempre goloso y seductor mundo de la moda. Por cierto, en cuanto a la chica, a mí no me importaría ponerme todo lo que lleva, excepto una cosa. ¿Adivinan cuál? El peinado, por supuesto. Más niños, en este caso el segundo del actor Nicholas Cage , a quien admiré más de lo que admiro. Eso no es problema para lanzarle una calurosa felicitación, aunque, qué quieren que les diga, me he quedado un poco patidifusa con el nombre que le ha puesto al bebé: Kal el . Rarito, ¿verdad? Bueno, habrá quien ya haya desentrañado de dónde viene. Concretamente de la leyenda de Supermán. El famoso héroe del cómic nacido en el lejano planeta Kripton, fue llamado así por su padre, a quien un día dio vida en el cine el gran Marlon Brando (snif). Parece que Cage, cuyo primer apellido es Coppola, es un auténtico loco de los cómics y ha querido significarse con el nombre de su hijo que, supongo, algún día se lo echará en cara. En cualquier caso, es el segundo vástago del protagonista de Leaving Las Vegas y la madre es Alice Kim , la camarera de quien se enamoró el actor y con quien parece haber estabilizado un poco su vida. La actriz Sharon Stone , esa gran mujer, le ha echado un capote a Kate Moss , que como saben no puede abandonar todavía el ojo del huracán por un quítame allá esas rayas. La protagonista de Instinto Básico estuvo ayer en París en un acto de promoción de un cosmético y pidió un poco de comprensión para la modelo británica: «Lo más importante es que ha pedido perdón y que está cambiando de vida» dijo. Recordó que todo el mundo puede equivocarse y que es muy difícil pedir públicamente perdón. Bueno, yo añadiría que es un poco menos difícil si se trata de recuperar (o al menos de intentarlo) los contratos millonarios que se le han escapado por el desagüe tras las fotos publicadas por un tabloide. Bueno, nosotros la perdonamos. El presidente brasileño asistió a un acto sindical en la periferia de São Paulo cuando se encontró con el Fiat 147 del año 1979 que usaba en sus tiempos de currante. El coche lo había comprado en su día el obrero metalúrgico José Damasceno, que, en cuanto se enteró de la visita de Lula, lo dejó caer por allí por si pasaba el presidente. Y pasó. Y se emocionó el hombre. Tanto que no pudo evitar entrar en el coche para recordar los tiempos mozos. Ya ven, hasta Lula es sensible a esos flashbacks que a veces nos produce un olor, una canción o... un coche. Por cierto que con Lula viajaba su esposa, Marisa, y digo yo que tal vez la señora Lula da Silva también tendría algún recuerdo del pequeño coche. Un recuerdo amoroso, quiero decir.