Aichi clausura su Expo y cede el testigo a Zaragoza 2008

Marga Zambrana AICHI

SOCIEDAD

F. ROBINCHON

Unos 34.500 visitantes durmieron el último día a la entrada del recinto Más de 22 millones de personas de todo el mundo recorrieron la exposición

25 sep 2005 . Actualizado a las 07:00 h.

La Exposición Universal de Aichi se clausuró ayer con excelentes resultados y pasó el testigo a Zaragoza 2008, que lo recibió «con mucha emoción», según declaró Juan Alberto Belloch, alcalde de Zaragoza, al expresar su sentimiento durante la recogida de la bandera para la Exposición Internacional del 2008. «El objetivo de poner Zaragoza en el mapa se está logrando. El comentario común es que ya se ha acabado; ahora estamos solos y nos quedamos en primera línea de fuego real», añadió Belloch, para quien «la entrega de la bandera significa que la responsabilidad se incrementa». El auditorio Expo Dome de la Exposición Universal de Aichi fue el escenario de la ceremonia, con la asistencia del príncipe Naruhito y el recién reelegido primer ministro japonés, Junichiro Koizumi. «Hemos llegado a este día con récord de asistencia y sin problemas», señaló el príncipe, que entró en el auditorio acompañado de Harumi Sakamoto, vicepresidenta de la Asociación Japonesa para la Expo 2005, vestida con un quimono verde, el color emblemático de Aichi. Koizumi destacó el hecho de que 22 millones de personas hubieran visitado la exposición en los últimos seis meses. La víspera de la clausura se registraron colas de hasta 34.500 personas, que durmieron a las puertas de la Exposición Universal. El lema de Aichi ha sido mottainai, palabra japonesa que puede traducirse por mottainai ; hemos demostrado que es posible combinar este respeto con la tecnología». El momento más curioso de la ceremonia fue cuando todas las autoridades niponas, incluidos el príncipe y Koizumi, levantaron su brazo derecho y con la mano formaron el símbolo de las astas, aunque con el pulgar hacia fuera, como si de un concierto de rock duro se tratara. Según parece, este gesto se ha convertido en uno de los símbolos de Aichi, y significa paz y amor. A pesar de las reticencias del público occidental a unirse al masivo gesto, finalmente hasta Belloch acabó haciéndolo. Tres objetivos Según Roque Gistau, presidente de la Sociedad Estatal Expoagua, la Exposición Internacional del 2008 tiene tres objetivos: «Situar a Zaragoza en el mundo, responder al problema de la escasez de agua y dejar en la ciudad una pieza urbanística de modernidad». El éxito de Aichi ha hecho recuperar la confianza a la Oficina Internacional de Exposiciones (BIE son sus siglas en francés), después del mal resultado de Hannover (Alemania) en el 2000, que cerró con 18 millones de visitas (la mitad de lo previsto) y una fuerte oposición social. El pabellón español ha participado del éxito y ha sido uno de los que más visitas han recibido (casi cuatro millones o un 20% del total), gracias a su característica celosía de cerámica de colores cálidos. Sin embargo, su presencia será efímera, ya que los gastos de desmontaje para la subasta de las piezas de cerámica, que era lo previsto, son demasiado altos. «La celosía se destruirá», declaró Pablo Bravo, comisario del pabellón. A pesar de ello, permanecerán 168 piezas que fueron adquiridas por una cadena de restaurantes, también interesada en hacerse con un segundo lote de 450 piezas que ya ha sido ofertado.