Múnich es una fiesta rubia

La Voz

SOCIEDAD

ALEXANDRA WINKLER

Hechos y figuras

17 sep 2005 . Actualizado a las 07:00 h.

Múnich es una fiesta, rubia y espumosa, porque en la ciudad alemana se celebra el ya mítico Oktoberfest, una exaltación de la cerveza en el lugar donde más se bebe (con el permiso del bar de Moe ). Las cifras que barajan las autoridades muniquesas dan vértigo: llevan 172 años celebrando el festival, que dura 17 días y por el que pasan nada menos que seis millones de personas; para que eso sea posible, la ciudad dispone de un espacio gigantesco en el que hay catorce enormes carpas, tan grandes que acogen a la vez a más de diez personas. No puedo imaginarme lo que ocupan los 5,5 millones de litros de cerveza que se ventilan estos hooligans de la fiesta. Pero además de los datos fríos, lo que me gusta a mí es la cara de satisfacción y fiesta que ponen los protagonistas, tal y como ven en esta simpática y expresiva foto de hoy. Una fiesta algo menos salvaje, al menos de cara al público, es la que se celebró en Nueva York para recaudar fondos para las víctimas del Katrina. Fue un desfile en el marco de la semana de la moda de Nueva York y por la pasarela pasaron caras famosas hasta en este recuncho europeo. Tomen nota del elenco de modelos, que presentó Sara Ferguson , duquesa de York: Beyonce Knowles, Sean Combs, Alexandra Richards (hija del Stone Keith ), Rachel Hunter, Kelly Osbourne o Nicole Richie (hija del cantante Lionel y famosa de la prensa rosa y los realities ). A estos nombres del cuché hay que sumar los propios de las pasarelas: Marissa Miller, Janice Dickinson, Irina Pantaeva, Veronica Webb y la inimitable Naomi Campbell, una de las promotoras de esta iniciativa que se dio en llamar Moda por ayuda . Y ayuda, la verdad, sí se necesita. Hablando de modelos (y fiestas), la firma sueca H & M ha perdonado a quien es su imagen en este año, Kate Moss, por su desliz con las drogas y asegura que le dará una segunda oportunidad. Esperemos que la británica no acabe como Courtney Love, que debe pasar cuatro meses en un centro para desintoxicarse.