Cuatro de ellas fueron hospitalizadas, aunque una ya ha recibido el alta
04 ago 2005 . Actualizado a las 07:00 h.La intoxicación por consumo de pollo infectado con salmonela alcanzó ayer a Galicia, donde se diagnosticaron 24 casos de personas afectadas por consumir productos precocinados de la empresa toledana Sada. Según la nueva conselleira de Sanidade, María José Rubio, a quien la crisis sorprendió cuando acababa de tomar posesión de su cargo, se detectaron tres en Monforte (Lugo), dos en A Coruña y doce en las localidades ourensanas de Quintela de Leirado, Lobios y Paderne. La Xunta no falicitó el origen de otros siete intoxicados. Cuatro de los afectados tuvieron que ser ingresados en diversos centros hospitalarios, aunque uno de ellos ya ha sido dada de alta. Además, Sanidade tiene constancia de otros nueve casos de personas que consumieron alimentos presuntamente infectados y que, de momento, no han desarrollado la enfermedad. La epidemia supera ya la cifra oficial de 1.200 personas enfermas en España ?1.500 según las organizaciones de consumidores?, en todas las comunidades salvo en Canarias, a pesar de que las partidas de pollo de las marcas Pimpollo y Pollo Asado Sada ?150.000 unidades?, fueron retiradas de las tiendas el pasado viernes. Muchos casos se deben al consumo posterior a esa fecha de productos que las familias guardaban en la nevera, aunque hay otros que corresponden a personas que sólo informaron de que habían sufrido síntomas cuando conocieron por los medios el alcance de la situación. Venta ambulante En Galicia, Ourense es de momento la provincia más afectada. Un niño de 2 años y un anciano de 80 permanecían ingresados ayer en el Complexo Hospitalario de la capital. Ambos son vecinos de la zona occidental de la provincia y degustaron el mismo menú el fin de semana: pollo envasado y precocinado adquirido en un furgón de venta ambulante. La tercera paciente que permanece hospitalizada es Mari Fe Rodríguez, cuyo caso fue el primero que se detectó en Galicia. Comió pollo de Sada el pasado viernes, tras adquirirlo en un supermercado, y desde ese día permanece en el hospital comarcal de Monforte. El cuarto hospitalizado es un vecino de Lobios (Ourense) que ya ha sido dado de alta. Deshidratación Quien más preocupa a los médicos es el anciano ingresado en Ourense, cuyo estado no es grave, pero que padece una severa deshidratación que se suma a su demencia senil. Se llama Antonio, vive en Padrenda y comió el sábado uno de los dos pollos que su mujer adquirió en un camión de venta ambulante, al precio de dos por uno. Ella no se fijó en la marca, invitó a una vecina y, junto a su marido, los degustaron el sábado. Los tres empezaron a sentir vómitos y diarrea, y aunque las mujeres mejoraron, él tuvo que ingresar en el hospital de Ourense, donde se le apreció un cuadro de salmonelosis. El centro puso en marcha el dispositivo de vigilancia y alertó a la Dirección Xeral de Saúde Pública. El pequeño Eritz, de dos años, vecino de Quintela de Leirado, también comió pollo el pasado fin de semana junto a otros siete miembros de su familia: sus dos bisabuelas, los dos abuelos maternos, sus padres y su hermana Nerea, de ocho años. Todos sufrieron diarreas y vómitos, pero él y Nerea tardaron en recuperarse. Finalmente, el niño precisó atención de urgencias en el hospital de Ourense, donde ayer se recuperaba. La conselleira de Sanidade auguró que los tres pacientes ingresados serán dados de alta «previsiblemente» en un plazo de entre 48 y 72 horas, y subrayó que «a situación está baixo o control dos inspectores que teñen asignado ese labor». En cualquier caso, Rubio recomendó a quienes conserven pollos de las marcas afectadas que no los consuman. n n n Información elaborada por Mar Gil (Ourense), Noelia Somoza y Francisco Albo (Monforte), Joel Gómez (Santiago), Iria T. Ramos (A Coruña) y Xosé Carreira (Lugo).