Hoy (ayer para ustedes) es San Antonio, santo casamentero como pocos. En Madrid tiene lugar la tradicional romería de las modistillas , que echan en la pila del santo trece alfileres y colocan su palma derecha abierta sobre las agujas para saber cuántos pretendientes tendrán ese año: serán tantos como alfileres se queden prendidos en la piel. Una superchería, sin duda, pero no falla, por algo el santo es implorado desde mediados del siglo XVIII. Y si San Antonio es el santo, Venus es la diosa del amor. Son las dos caras de la misma moneda. Para encontrar a la Venus más atractiva, en Berlín se celebró ayer un cásting con mujeres pintadas de blanco en el castillo de Charlottenburg. La que resulte elegida intervendrá ataviada como la más ardiente en las fiestas que se celebran en el palacio berlinés los primeros días de julio. La foto deja ver cómo se cuida hasta el último detalle para que la escultura ganadora represente como nadie el amor carnal. Y hablando de amor carnal, ¿qué les parece la foto de París Hilton mirándose en un retrovisor? ¡Menudo ejercicio de coquetería! Lo mejor es que la persona en cuestión no es París Hilton, y es que ya se sabe que las apariencias engañan. Se trata de un travesti que participaba en la parada gay en Hollywood Oeste. Si yo fuese hombre me andaría con ojo si ligo a una rubia de infarto. Incluso diría más, que los señores se cuiden de las rubias guapas aunque no sean explosivas. Y lo digo porque hay noticia de Mette Marit. La casi albina esposa de Haakon de Noruega tendrá biografía oficial a partir de septiembre y todos (Casa Real incluida) están esperando a leer el capítulo dedicado a las fiestas salvajes de la madre de la futura reina Ingrid Alexandra . Supongo que todo quedará en un capítulo escrito a vuelapluma, sin detalles. Y creo sinceramente que será así porque es posible que la buena de Mette Marit no recuerde cómo vivía antes de vestir con los sayones que le colocan que, por muy Armani que sean, le quedan como un saco de patatas. En fin, aquí estaremos afilando las uñas cuando el escritor Halfdan Freihow presente su libro. Nos ha pillado con el pie cambiado. Diez minutos, una de las revistas clásicas de los jueves, salió ayer lunes con la foto de la pequeña y monísima Irene ( Urdangarín de Borbón, se entiende) en portada. Ya saben que cuando un evento de relumbrón sucede desde jueves al domingo, las revistas del sector además de tirarse de los pelos adelantan un par de días su tirada y el martes ya adornan quioscos. No hay leyes escritas al respecto pero suele ocurrir así. Sin embargo, Diez Minutos se espabiló en esta ocasión y ha ganado al resto por la mano. Las otras noticias de la revista no sorprenden, pero quien quiera regodearse en las caras y gestos de la más pequeña de los nietos de los Reyes , ya sabe que además Diva y Gala, Diez Minutos también ataca. , el chófer que conducía el vehículo en el que murió la princesa Diana de Gales , recibió un pago de más de 110.000 euros en libras esterlinas semanas antes del accidente, según publicó el sensacionalista Daily Express. El chófer, que ganaba 30.000 euros anuales de sueldo, reunió una pequeña fortuna que repartió en trece cuentas. ¿Habrá finalmente conspiración?