Zapatero garantiza a Blázquez los acuerdos de 1979 con la Iglesia

Enrique Clemente Navarro
Enrique Clemente LA VOZ | MADRID

SOCIEDAD

BENITO ORDÓÑEZ

Escenifican en Moncloa el nuevo clima de diálogo, pero persisten las profundas diferencias Crearán comisiones mixtas para abordar asuntos polémicos, con prioridad para la clase de Religión.

05 abr 2005 . Actualizado a las 07:00 h.

José Luis Rodríguez Zapatero Ricardo Blázquez escenificaron ayer el acercamiento del Gobierno y la jerarquía católica con una reunión en La Moncloa cuyo objetivo era rebajar la tensión de los últimos meses. El jefe del Ejecutivo aseguró al recién elegido presidente de la Conferencia Episcopal que no piensa revisar los acuerdos Iglesia-Estado de 1979, algo con lo que se había especulado. Asimismo, le expresó sus condolencias por la muerte de Juan Pablo II. Sin embargo, no hubo declaraciones al término de la reunión. Ni Zapatero ni el obispo de Bilbao estaban interesados en airear las diferencias radicales que siguen separándoles en asuntos como los matrimonios de homosexuales, la investigación con células madre embrionarias o la asignatura de Religión, entre otros. Tras la entrevista, se dio a conocer un comunicado conjunto pactado en el que Zapatero y Blázquez expresan su voluntad de «mantener un diálogo fluido y constructivo sobre los asuntos de interés común en beneficio de todos los ciudadanos». Para ello, se constituirán comisiones mixtas Gobierno-Conferencia Episcopal con el fin de estudiar específicamente cada tema. Fuentes socialistas informaron a este periódico de que la clase de Religión y la financiación de la Iglesia católica son los que encabezan la agenda. Los dos presidentes abordaron la futura Ley Orgánica de Educación. Blázquez expresó a Zapatero su malestar por el trato que se va a dar a la asignatura de Religión. El texto del anteproyecto no recoge alternativa alguna a esa materia, que no será tenida en cuenta para pasar de curso o acceder a la Universidad. El PSOE anunció el lunes que pedirá al Gobierno que no haya alternativa a la clase de Religión, algo a lo que se opone la Conferencia Episcopal, que quiere que compute a todos los efectos.