El hombre que cambió la Biología

Jaime Gómez Márquez SANTIAGO

SOCIEDAD

Francis Crick, el codescubridor de la estructura del ADN, es un personaje irrepetible en la historia de la ciencia que abrió nuevos caminos a los investigadores

30 jul 2004 . Actualizado a las 07:00 h.

Ha fallecido Francis Crick, uno de los más grandes investigadores en la historia de la Biología. Su contribución más importante la realizó en colaboración con otro gran científico, James Watson. Fue el descubrimiento de la famosa y elegante doble hélice, es decir, de la estructura de la molécula portadora de la información genética, el ADN. Watson y Crick hallaron la respuesta a dos de los enigmas de la Biología: cómo se codifica la información genética y cómo se replica el material genético. En palabras de Crick, habían descubierto «el secreto de la vida». En 1962, F. Crick, J. Watson y M. Wilkins recibieron el Premio Nobel por este descubrimiento, galardón que probablemente hubiese compartido Rosalind Franklin por sus investigaciones sobre la estructura del ADN. Gracias a este enorme descubrimiento, la investigación en Biología Molecular recibió un impulso definitivo que contribuyó decisivamente a un desarrollo de la Biología imparable e incomparable durante la segunda mitad del siglo XX y que continúa en el presente. El estudio de la evolución, el desarrollo de la Medicina Molecular, el conocimiento del genoma humano y la moderna Biotecnología no habrían sido posible sin el genial descubrimiento. Como dice Watson en su libro ADN, el secreto de la vida , que dedicó a F. Crick, «el ADN ya no es sólo un asunto que interese a los científicos de bata blanca en oscuros laboratorios universitarios: nos afecta a todos». ¿Qué es la vida? F. Crick era físico y durante la Segunda Guerra mundial estuvo trabajando sobre minas magnéticas para el Almirantazgo británico. Al finalizar la guerra, decidió dedicarse a la investigación biológica después de leer ¿Qué es la vida? , un libro escrito por otro físico dedicado a reflexionar sobre la vida, E. Schrödinger. Empezó su trabajo en Biología en el Cavendish Laboratory de la Universidad de Cambridge donde conoció a J. Watson, iniciándose una colaboración que cambiaría el curso de la Biología. Después del hallazgo de la estructura del ADN, sus aportaciones continuaron siendo esenciales. Fue un gran pensador y una fuente inagotable de ideas, hipótesis y teorías. Fue él quien propuso el dogma central de la Biología Molecular que explica el flujo de información genética en los seres vivos y demostró junto a S. Brenner, que el triplete era la base para la lectura del código genético. En la última etapa de su vida se dedicó a la Neurobiología. Estaba muy interesado en comprender como funciona el cerebro humano. Es muy injusto que se inviertan horas y horas, páginas y más páginas en glosar e ilustrar la vida de personas que son irrelevantes cuando no han hecho nada especial que merezca esa consideración. Y, sin embargo, se dedican unos segundos o unas pocas líneas a hablar y reflexionar sobre la vida y la obra de grandes personalidades como F. Crick. Es un personaje irrepetible en la historia de la Biología. Forma ya parte de ese grupo de maestros como Linneo, Mendel, Cajal, Pasteur, Darwin, entre muchos otros. Su trayectoria vital debe ser un estímulo para los jóvenes biólogos que sueñan con descubrir y también una demostración de cómo se puede llegar al estudio de la vida desde otros campos del conocimiento. Como biólogo e investigador del genoma humano, tengo un inmenso agradecimiento a este gran científico. Como decano de la Facultad de Biología de la Universidad de Santiago estoy orgulloso de que una de las aulas de nuestra Facultad lleve su nombre, gesto que agradeció en una carta que conservo entre los documentos más preciados. La humanidad está de luto y todas las personas que amamos la Ciencia debemos rendirle un homenaje porque gracias a su trabajo todos somos más sabios y podemos vivir mejor. Hasta siempre Francis Crick Jaime Gómez