El dúo Cruz y Raya leyó un pregón lleno de humor con imitaciones de Cela, Bisbal y Bustamante El desfile de carrozas y comparsas cerró un programa que atrajo a visitantes de toda Galicia
15 feb 2004 . Actualizado a las 06:00 h.?l kilómetro 0 de Galicia fue ayer el epicentro de una marea humana dispuesta a saborear un buen cocido. El día fue perfecto para degustar el plato gallego por excelencia: frío pero con tibios rayos de sol. La Feira do Cocido de Lalín abre cada año la larga lista de citas gastronómicas en Galicia. Y deja el listón muy alto, con un variado programa que aúna mesa y mantel con el entroido y el buen humor. La trigésimo sexta Feira do Cocido atrajo a más de 50.000 personas hasta Lalín, provocando largas colas de vehículos en las horas puntas de llegada y salida. Encontrar aparcamiento se convirtió en una verdadera odisea, pero esas pequeñas molestias -como los codazos para encontrar sitio en primera fila- se trocaron en risas y aplausos durante el pregón. La apuesta era a caballo ganador, con el dúo humorístico Cruz y Raya para loar el cocido. Y lo hicieron, tras recordar su cariño por Galicia, ya que sus comienzos televisivos fueron en Santiago. Imitados Entre bromas y aplausos, Cruz y Raya imitaron las voces de numerosos personajes de la actualidad, desde David Bisbal a Bustamante. Otros clásicos imitados fueron Camilo José Cela y Fernando Fernán Gómez, que aportaron su grano de arena para ensalzar el plato. Cruz y Raya optaron por un pregón sencillo, directo, donde el humor se impuso a la típica opción de recordar los ingredientes y la historia del cocido. El dúo repartió sonrisas y autógrafos sin descanso. Al menos no pasaron frío en las más de dos horas que pasaron sobre el escenario, gracias a sus capas como nuevos miembros de la Encomenda do Cocido. Una lista que aumentó ayer en catorce personas, «novos fillos adoptivos de Lalín», como destacó el alcalde y gran comendador, Xosé Crespo. Hervidero El desfile de 35 carrozas, comparsas y charangas puso la nota colorista y musical antes de que el público se sentara a la mesa para degustar el buen cocido. Las calles de Lalín fueron un hervidero de personas que disfrutaron con anticipación del entroido más tradicional y de agrupaciones al más puro estilo brasileño. Después se diseminaron por los restaurantes de la comarca, que tuvieron que doblar turnos para atender a tanto comensal. El día invitaba a la comida reposada y abundante, aseguraban los expertos. Algunos prefirieron surtirse de lacones, chorizos y otros delicatessen de cerdo para preparar después el plato en su propia casa. El campo de la feria lalinense también registró otro lleno de gente dispuesta a adquirir todo tipo de productos, antes de comer, para emprender luego el regreso a casa.