Antonio Pernas se presenta en Cibeles con un homenaje a Dior y Balenciaga

Beatriz Pallas MADRID/ ENVIADA ESPECIAL

SOCIEDAD

El diseñador coruñés acudió a la primera jornada de desfiles en Madrid con sus propuestas de verano La pasarela de Madrid se renueva para reivindicar la capitalidad de la moda

11 sep 2002 . Actualizado a las 07:00 h.

La pasarela Cibeles huele a nuevo. La cita con la moda de Madrid estrenó ayer instalaciones, todo un símbolo de nuevos tiempos que encajan en un momento en el que las dos pasarelas españolas se han lanzado a una dura pugna por el liderazgo de la moda española. De un lado, los diseñadores catalanes y otros recién incorporados, como Victorio & Lucchino, reivindicaron la semana pasada la preponderancia de Barcelona. Ahora, la Asociación de Creadores de Moda se vuelca con Madrid como capital del diseño español. Ayer, los comentarios con quienes venían de presenciar los desfiles de Cataluña se centraban en esa batalla ya casi eterna y aparentemente irreconciliable: ¿mejor Gaudí o Cibeles? Había opiniones para todos los gustos. En la primera jornada de Cibeles, Galicia estuvo representada por Antonio Pernas. Era primera hora de la tarde y el patio de butacas, más reducido que en anteriores ediciones debido al cambio de ubicación, se quedó pequeño para acoger a todo el público que quería ver las creaciones del coruñés. En primera fila, rostros conocidos como los de Marina Castaño o la socialista Rosa Díez, dos fieles seguidoras del diseñador gallego, charlaban mientras esperaban el comienzo del desfile. De repente, los focos se centran en alguien de quien sólo asoma una cabellera rubia: Marta Sánchez, paisana del modisto, llegaba para sentarse al lado de Nuria March, otra cara de las revistas del corazón. Poco después llega Ana Botella, en una de sus primeras apariciones tras la boda de su hija, y las cámaras y los micrófonos vuelan hacia ella. Además de hablar de la boda, destacó la importancia de la moda «no sólo por su belleza, sino por los puestos de trabajo que genera» y dice que España está al nivel de Francia o Italia, por lo que ya es hora de que se asocie el diseño al nombre del país. Tienen que apagarse las luces de la sala para que los reporteros del corazón concluyan su trabajo y empiece el desfile. Homenaje al siglo XXO El espíritu de Dior, Balenciaga e Yves Saint Laurent comenzó a planear sobre la pasarela, mientras Antonio Pernas seguía entre cámaras y micrófonos respondiendo preguntas. El diseñador gallego presentó una colección para la primavera 2003 con la que quiso rendir homenaje a todo el siglo XX y, con él, a algunos de los diseñadores más destacados de esta época. De ahí que muchos de sus vestidos de fiesta conservaran el alma de Christian Dior o Balenciaga, pero añadiendo la modernidad de una cintura en cuero o napa, como hizo en un vestido con manga murciélago de los años cincuenta. Lo mismo ocurrió con el chaqué Saint Laurent que cerró la colección, confeccionado en dénim negro mezclado con raso. Estas combinaciones de tejidos constituyeron una de las claves de la colección, que tuvo una de sus prendas estrella en una americana de crepe de lana que, entre el codo y el puño, se convierte en raso ajustado que recuerda al mítico guante de Gilda. La referencia a los juegos olímpicos de Berlín estuvo presente en las múltiples referencias deportivas que se mezclan sin pudor con la fiesta. Pernas utilizó mucho traje sastre clásico, lo que contrastó con los shorts cortísimos y las minifaldas que hasta hace poco desterraba.