Las hormigas vienen a morir al pie de la Virgen de Florderrei

La Voz

SOCIEDAD

VICTORIA MOURENZA CRÓNICA Los vecinos del pueblo ourensano de Vilardevós no se explican el fenómeno

30 ago 2001 . Actualizado a las 07:00 h.

a vinculación entre las hormigas y el lugar va mucho más allá del intento que hacen sus gentes para explicar este fenómeno, que se repite cada año durante los meses de septiembre y octubre. De hecho, antiguamente, los agricultores de la zona tomaban como referencia la llegada de los primeros insectos a la hora de sembrar los nabos, a finales de agosto. «A mediados de setembro ven outro grupo delas e dicían os vellos que había que facer a sementeira do centeo porque xa a Virxe avisa», apuntan los algunos de los lugareños. Las creencias religiosas no conocen límites. Y algunos capítulos de la historia de Florderrei son una clara muestra de ello; como la insólita coincidencia de que en la Guerra Civil no muriese ni resultase herido ninguno de los soldados del pueblo, al contrario de lo que ocurrió en otros núcleos del municipio. Otras creencias Los arraigados sentimientos de fe fundamentan también otras creencias de la zona como que la Virxe de Portas Abertas desaparecía por momentos cuando la sacaban en procesión, en el trayecto hacia la parroquia de Arzádegos. Quienes relatan el milagro, cuentan como la imagen volvía a aparecer cuando la comitiva llegaba a la suave colina donde está situado el santuario. Pero no son estas las únicas anécdotas que rodean a la Virgen. Corona Barreira, vecina de Florderrei, comenta que la Portas Abertas está relacionada con otras seis vírgenes de Portugal. Como si de una predestinación natural se tratase, las hormigas acuden a morir a este lugar y, días antes, vuelan en espiral encima de la capilla. Tiempo atrás, esta ceremonia tenía lugar en el mismo altar pero la reforma del templo impide ahora que los insectos accedan a la nave. El sacristán de Florderrei, José Delgado, explicaba que «veñen milleiros delas e pódense coller ós pañuelos no solo». Para los lugareños, el milagro está servido. Otro de sus argumentos hace referencia al hecho de que algunos emigrantes que residen en Francia, Alemania o Suiza «levaron unha fotografía da Virxe consigo e reciben a visita das formigas neste tempo, aínda que non morren alí». El propio Delgado confirma la hipótesis. Asegura que cuando estuvo en el País Vasco, un grupo de hormigas rondaban su cartera sobre la mesa de noche. Causa natural Mucho más racional es el argumento de Corona Meixeira, jefa de Extensión Agraria de Verín, que opina que es «unha cousa natural, porque cada animal ten as súas costumes». «É o lugar máis idóneo para que cheguen nesa data», apunta Meixeira que no niega las creencias religiosas de la zona. Dejando las leyendas, las creencias y las especulaciones a un lado, el hecho es que las hormigas aladas continúan cubriendo, cada verano, el cielo de la aldea de Florderrei y el número de visitantes que acuden para comprobar in situ el curioso fenómeno, sigue creciendo.