Yon González: «¿Miedo a triunfar? Ojalá todos los miedos en la vida fueran ese»

iker cortés MADRID / COLPISA

PLATA O PLOMO

Kiko Huesca | EFE

El actor protagoniza en Netflix la adaptación de «Los herederos de la tierra», basada en la novela de Ildefonso Falcones y continuación de «La catedral del mar»

18 abr 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace casi cuatro años, Antena 3 estrenaba con éxito La catedral del mar. Basada en la novela homónima de Ildefonso Falcones, la ficción, ambientada en la Barcelona del siglo XIV, ponía el foco en la difícil vida de Arnau Estanyol, que gracias a su tesón, acaba librándose de la pobreza a la que parecía destinado, al mismo tiempo que los habitantes del humilde barrio de pescadores de la Ribera deciden construir el mayor templo mariano jamás conocido: Santa María del Mar. Pues bien, Netflix acaba de estrenar su continuación, Los herederos de la tierra. Producida por Diagonal TV, Yon González (Vergara, 35 años) da vida a Hugo Llor, hijo de un marinero fallecido, que ve su sueño de ser constructor de barcos truncado. Su esfuerzo lo llevará a convertirse en un gran productor de vinos gracias a la ayuda de un judío que le enseña todos los secretos del caldo.

—¿Qué le atrapó de «Los herederos de la tierra»? ¿Había leído la novela cuando le ofrecieron el proyecto?

—La propuesta en sí y que fuera con Diagonal TV, que son los que habían hecho La catedral del mar con Jordi Frades, que es un gran director y un gran capitán de barco y que está también en el proyecto. Todo eso ya me motivó, sin leerme los guiones siquiera, para decir que sí. He tenido la suerte de ver la serie y estoy muy orgulloso de ella.

—¿Cómo describiría a su personaje, Hugo Llor?

—Es un tipo que trata a las personas por igual, un luchador y un superviviente, en resumidas cuentas.

—¿Cómo se preparó para un personaje como este?

—Gracias a Jordi Frades, con sus buenas indicaciones, e intentando exprimir cada escena emocionalmente al máximo, siempre bajo su batuta. Yo diría que ha sido un paseo por las nubes, fácil, dinámico y un trabajo muy eficaz, porque cada capítulo se ha hecho en diez días laborables, algo no muy normal teniendo en cuenta que el 70 % de las secuencias era en exteriores, que llevan más tiempo de preparar y son más complejas. Gracias a la compenetración de todos, hemos podido hacer esta estupenda serie. La factura es maravillosa.

—¿Qué aprendizaje se lleva usted después de hacer esta ficción?

—He aprendido un montón. Lo he disfrutado mucho, sobre todo gracias a compañeros como Elena Rivera, que es una magnífica actriz. He aprendido que hay que seguir viviendo el momento presente de manera intensa y vibrándolo fuerte. Estoy muy contento.

—Su personaje es un gran productor de vinos. A usted qué le tira más, ¿el vino o la cerveza?

—Yo soy más de cerveza [ríe], sobre todo de rubia.

—Es su segundo proyecto para Netflix, después de «Las chicas del cable». ¿Cómo recuerda la experiencia de haber trabajado en la que fue la primera ficción española de la plataforma?

—Pues muy bien. En realidad yo la hice con Bambú Producciones, que es con la que llevaba unas cuantas series, fui muy feliz y me cuidaron mucho. Pero los rodajes no cambiaron nada, la diferencia es que a través de las plataformas acabas llegando a más gente.

—Su gran salto a la fama llegó con «El internado», cuando ni siquiera había redes sociales. De pronto, se convirtieron en ídolos de la chavalada. ¿Llegó a pasarlo mal en algún momento?

—Perder tu intimidad, ir por la calle, que la gente te conozca y que te pare y te pida fotos, que te vean de fiesta y te sigan parando para hacerte fotos cuando estás un poco moñas, pues sí tiene su parte mala. La intimidad es algo importante, vaya.

—Ahora que «Los herederos de la Tierra» llega a todo el planeta, ¿le asusta vivir otro pico de fama?

—Yo deseo mucho éxito a la serie, a Netflix y a Diagonal TV, que se han portado tan bien conmigo, pero yo acabo este proyecto con esta promoción. Deseo que funcione y espero que estén contentos con mi trabajo y haya más, pero vamos no va a cambiar nada en mi vida, ni en mi día a día. ¿Miedo a triunfar? Ojalá todos los miedos fueran ese en la vida (ríe).

—Con todas las series que ha hecho, ¿cuál diría que es la que más le ha marcado?

—Es que, claro, todas han tenido un gran valor para mí y en todas las series he vivido momentos muy especiales, así que escoger una en concreto sería como traicionar a las demás. Me cuesta decidirme por una. En todas hay escenas donde hemos hecho verdadera magia.