¿Son «Euphoria», «Élite» y «La edad de la ira» el actual cine de destape?

Mikel Labastida MADRID / COLPISA

PLATA O PLOMO

Imagen de la segunda temporada de la serie «Euphoria»
Imagen de la segunda temporada de la serie «Euphoria» HBO Max

El modo en que algunas series juveniles usan los desnudos y el consumo de drogas genera debate

13 mar 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

En el documental dedicado a Pajares en Atresplayer David Trueba realiza una observación controvertida e interesante: «Las series ahora explotan a los jóvenes, que es el pseudodesnudo juvenil más la vida de drogas. Esas series, que ahora tienen mucho éxito, son iguales que el cine de Ozores, es explotar lo que pide la industria de una manera descarada. Son chicas en bragas, chicos en calzoncillos con sus drogas, sus éxtasis... Como en Ozores eran las chicas que enseñaban las tetas», afirma. Es un comentario dentro de la explicación a un fenómeno pasado, no una tesis sobre el audiovisual actual.

Sin embargo no es la primera vez que a las ficciones con adolescentes como Élite y Skins se les reprocha el abuso de desnudos injustificados, la idealización de los cuerpos perfectos y las fantasías alrededor del sexo. ¿Son las series juveniles el actual cine de destape?, pregunto.

«Comparar las series actuales con las películas del destape de los 70-80 me parece simplista», comenta el escritor y guionista Manuel Ríos San Martín, que firmó la serie juvenil española por excelencia de los años 90, Compañeros.

«Estamos en otra época. Aquello era otro momento histórico», apunta Carlos García Miranda, guionista de, entre otras, Física o Química: el reencuentro y Los protegidos. «Creo que es una generalización desafortunada, pues cae en el paternalismo y la condescendencia con que muchos abordan los relatos —literarios, televisivos y cinematográficos— destinados al público juvenil, sin distinguir entre ellos y mirándolos desde el prejuicio y como si fueran un todo indistinguible», argumenta Nando López, autor de La edad de la ira, cuya adaptación se ha estrenado en Atresplayer Premium.

«La ficción audiovisual juvenil actual intenta contar el sexo desde un lugar narrativo, como sucede con los desnudos en Euphoria, que no son solo chicas en bragas y chicos en calzoncillos, sino que hablan de un tema tan importante como la relación compleja que mantenemos con nuestro cuerpo e identidad, y en el que, en el caso del mundo adolescente, resulta clave para entender a sus personajes», añade.

«El punto de vista ahora además es femenino, el objeto de deseo ha variado. Solo hay que recordar a Mario Casas en Tres metros sobre el cielo, el que está sexualizado es el chico», puntualiza Carlos García Miranda. «En mi caso, desde luego, habría dado cualquier cosa por ver una escena como la que protagonizan Marcos, Sandra y Raúl en el piloto de La edad de la ira. Seguro que ver algo así me habría ayudado a no callarme y a no demonizarme por mi forma de ser y de sentir. Si hay una edad donde la búsqueda, asimilación y visibilización de nuestra sexualidad es importante es la adolescencia», aporta Nando López.

«Vivimos en una sociedad adultocéntrica que mira con desdén todo lo que tiene que ver con el mundo adolescente, incluida la propia adolescencia. Por eso se siguen sin tomar en serio sus problemas, o el grave estado en que se halla la salud mental de una generación que ha vivido dos crisis económicas consecutivas en su infancia y que ahora afronta una pandemia», protesta Nando López.

«Élite» es una de las series juveniles de mayor éxito en Netflix
«Élite» es una de las series juveniles de mayor éxito en Netflix Manuel Fernandez-Valdes

Entendido el fondo de estas obras, vayamos con la forma. ¿Se excede con el número desnudos gratuitos en estas producciones? «Para mí el asunto no es si se abusa de los desnudos, sino si hay algo interesante que contar. El ejemplo más claro es Euphoria, una serie estéticamente maravillosa pero un tanto vacía. La he empezado ya tres veces y no consigo que me interese a pesar de lo bien rodada que está y algunas secuencias brillantes. Eso no quita para que haya una mirada mojigata en algunos sectores y también con lo de ‘‘en nuestra época lo hacíamos mejor’’, que no me resulta nada atractiva. También ahora hay series juveniles interesantes como The End of the F***ing World, Sex education o Hit», enumera San Martín.

«Hay series tanto adultas como juveniles que sí buscan en el desnudo un reclamo, pero también hay otras que buscan romper tabúes o incluso contribuir con un discurso favorable contra prácticas tan dolorosas para los adolescentes como el body shaming (burlarse de alguien por la apariencia de su cuerpo). Sex Education o Euphoria son claros y estupendos ejemplos de ello. En el caso de La edad de la ira se ha cuidado mucho cómo se contaba el autodescubrimiento de los personajes y sus diferentes experiencias personales, de modo que no se cayese en el morbo gratuito. Al revés, se ha perseguido una mirada poética y que juega más con la evocación que con lo explícito, pero tampoco en una mirada tramposa y que oculta la verdad», aclara López.

Lo que está claro es que existe un reclamo real de series con adolescentes y eso se demuestra si se repasa el catálogo de cadenas y plataformas. «Siempre ha ocurrido, sobre todo si se mezclan con tramas de misterio», apunta García Miranda. «Las series con misterio y con mucho ritmo, belleza, drogas resultan atractivas, es indudable. La belleza y el desnudo han estado presentes durante toda la historia del arte. No nos vamos a sorprender ahora de eso. Para mí, lo realmente importante es si detrás de esa estética hay algo que contar», según San Martín.

Sobre esto último habla, de nuevo, David Trueba: «Son productos que se hacen muy a la medida de lo que pide el mercado. Antes el que se dejaba el dinero era un señor carpetovetónico que quería ver a señoras sin ropa, ahora es un público más joven que quieren ver tramas de adolescentes con drogas y sexo transgresor», razona cuando lo llamo para contarle lo que me ha inspirado su comentario en el documental de Pajares.