El primer episodio cuenta con una enorme carga emotiva potenciada por la ausencia de un narrador. Son las víctimas, sus familiares, los testigos y las fuerzas de seguridad quienes cuentan los hechos tal como los vivieron, a menudo con un nudo en la garganta y la voz entrecortada. La serie suma, además, testimonios de periodistas, jueces, altos cargos de la Policía y líderes políticos como Alberto Ruiz-Gallardón, el expresidente del Gobierno José María Aznar, el exdirector del CNI Jorge Dezcallar, el comisario de Vallecas Rodolfo Ruiz, el ex comisario jefe de los Tedax Juan Jesús Sánchez Manzano y el exministro José Bono. Cuenta el director de la serie que la colaboración de todos ellos fue máxima. «A Aznar no hubo que decírselo dos veces. Estuvo a favor de obra desde el minuto uno y sin ningún tipo de censura. Contestó a todo, aunque hemos tenido que seleccionar porque tenemos tres horas de entrevista», explica Agulló, con agradecimiento hacia todas las personas que participaron, pero muy especialmente «hacia las víctimas y la gente que más ha sufrido y ha pasado por el mal trago de rememorar la historia».
El desafío: 11M no es un documental que pretenda reescribir lo sucedido ni buscar nuevas pistas. Aporta perspectiva histórica sobre unos hechos ocurridos hace 18 años en un ambiente de tragedia en el aspecto humano y de enorme caos en la vida pública del país. «La principal ventaja es la distancia. El poder contarlo ahora y no tomar partido, simplemente dar voz a todo el mundo. Al yuxtaponer voces representativas de todas las partes se genera un diálogo que es nuevo, arroja nueva luz sobre la historia. Porque el espectador puede formarse su propio juicio sin que yo le tenga que decir cuál es. Cada uno lo interpretará de una manera distinta y eso es maravilloso. A mí hasta ahora el 11M me lo habían contado desde la inmediatez periodística, pero ahora podemos contar la historia desde el principio sabiendo cuál es el fin y que hay una verdad judicial que lo cierra», valora el director.