Vuelve «Nasdrovia» con sus protagonistas en las garras de la mafia rusa

beatriz pallas REDACCIÓN / LA VOZ

PLATA O PLOMO

Olga Martín

La serie de Movistar+, que estrena este viernes su segunda y última temporada, recibió esta semana el premio MiM a la mejor comedia

25 feb 2022 . Actualizado a las 09:12 h.

Nasdrovia estrena este viernes su segunda (y última) temporada con una noticia buena y una mala. La mala es la coincidencia del estreno de nuevas historias tragicómicas sobre la mafia rusa con la declaración de guerra en Ucrania. Con el mismo humor negro que destila la serie, bromean sus creadores con que la arremetida de Putin contra el orden mundial bien podría ser la rocambolesca campaña de márketing de sus episodios.

La buena noticia que acompaña a la ficción de Movistar+, producida por The Mediapro Studio, son los dos reconocimientos logrados esta misma semana en los premios MiM Series al mejor actor de comedia (Luis Bermejo) y a la mejor serie de comedia. Un título que ahora aspiran a revalidar con seis nuevos episodios, que llegan este viernes 25. En ellos, la pareja protagonista compuesta por Edurne y Julián (interpretados por Leonor Watling y Hugo Silva), dos abogados pijos y en crisis, se ve integrada a la fuerza en la organización criminal de Boris, para quien ambos ejercen ahora como asesores legales.

La clave del éxito de Nasdrovia es «que tiene voz propia», asegura su director, Marc Vigil. «Es una comedia diferente y nos movemos por distintos territorios», afirma. El humor y el thriller son los dos elementos que se conjugan con medido equilibrio en esta trama. «No sé si es complicado, pero es exigente. La fórmula es hacer las cosas de verdad, dar con personajes con piel y conflictos reales. Otra cosa es dónde pongamos el foco, ahí es donde podemos hacer que brille la comedia. Pero desde la normalidad y saliendo del drama —afirma el director—. Nunca intentamos jugar a la comedia, son las situaciones y los personajes particulares los que la generan».

Para Sergio Sarria, cocreador de la serie, todo el proceso ha sido un aprendizaje. «Hemos llegado a esta segunda temporada y hemos ido un poco más allá fortaleciendo aspectos a los que creíamos que se les podía sacar más juego». «Le hemos dado más importancia al conflicto de los personajes y hemos tenido que explorar más momentos dramáticos que en la primera temporada no habíamos explorado tanto. Y entonces, cuando aparece la comedia, brilla más, porque te pilla por sorpresa», afirma.

Los creadores aseguran que la segunda entrega, en la que se podrá conocer la receta secreta de los blinis, es «mucho más imprevisible que la primera. No sabes dónde vas ni lo que te vas a encontrar».

Marc Vigil afirma que en los nuevos episodios la historia es «mucho más dramática y oscura». «No es lo mismo el punto de partida de la primera temporada, en la que dos pijos, dos snobs hartos de su vida, deciden poner un restaurante al que llega la mafia rusa. Te da qué pensar para ciertos momentos cómicos hasta que las cosas se complican. Ahora partimos de la base de que un protagonista ha matado a alguien, ya no es que sea cómplice, es que ha apretado el gatillo».

Para Luismi Pérez, otro de sus cocreadores, «es una segunda temporada más exigente y más completa». «Ha sido difícil de escribir y de rodar, pero tenemos mucha suerte porque, siendo una serie de mafiosos, hemos contado con la complicidad de unos protagonistas como Leonor, Hugo y Luis y de los propios actores que hacen de rusos», señala.

Si los capítulos iniciales transcurrían prácticamente dentro del Nasdrovia, el restaurante ruso que montan los dos protagonistas, ahora han salido fuera para rodar en Bulgaria y en un barco mercante ruso atracado en Avilés. «Hay un salto cualitativo, hemos tenido tiempo para reflexionar sobre el diseño de producción. Éramos conscientes de que no nos podíamos quedar en el restaurante. Para llevar la serie más por el camino del thriller y el drama necesitábamos impedir que se convirtiese en una comedia de situación, con un restaurante en el que todo confluye, sino que necesitábamos movernos por ahí. Hemos podido hacer un diseño de producción más ambicioso», señala Marc Vigil.

De tener como centro de la trama a sus dos protagonistas, Edurne y Julián, un exmatrimonio en plena crisis de los 40, ahora la propuesta se vuelve más coral. «Esa ha sido otra de nuestras apuestas, crear tramas también para nuestros mafiosos rusos, para nuestros asesinos, porque creemos que eso la hace más rica y original», afirma Sergio Sarria.

«A pesar de que la trama central es la supervivencia de nuestros protagonistas, el resto de los personajes también tratan de sobrevivir de alguna manera. Todos cambian y tienen conflictos. Uno se enamora, otro se da cuenta de que la vida de mafioso no es lo que le gusta. Podemos tirar del mismo concepto del que viene la trama principal pero hacemos la serie un poco más coral», subraya el director.