«Arcane», al fin una buena adaptación televisiva de un videojuego

Borja Crespo MADRID / COLPISA

PLATA O PLOMO

La fiebre por «League of Legends» salta al medio audiovisual con una serie de animación bien acogida por crítica y público

12 dic 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

En los años 80 la chavalada se pasaba las horas muertas en las salas de máquinas, mirando cómo los mayores, o los más avispados, machacaban marcianitos a golpe de mando. El futbolín, los billares, el pinball. Algunos jugaban, demostrando su dominio de los botones frente a la pantalla luminosa, con el juego de petacos o la máquina recreativa, lo que tocase, mientras la gran mayoría miraba atónita el pequeño espectáculo viendo el tiempo pasar. Ahora los más talludos no entienden que los más menudos, sean o no descendencia, se pasen las horas observando a gamers echando partidas que retransmiten en directo por Twitch o YouTube. En realidad, viene a ser lo mismo: se mata el tedio de forma similar, aunque cambie el lugar y el formato de la actividad. El videojuego League of Legends, léase LOL como abreviatura, es una propuesta que cuenta con más mirones que participantes, emitiéndose en pantalla grande en eventos especializados. Los deportes electrónicos están barriendo al fútbol entre las nuevas generaciones. Mirar cómo otras personas manejan el juego es una forma de esparcimiento igualmente válida. La diversión está ahí, como espectador pasivo o jugador activo.

League of Legends es un fenómeno imparable entre la juventud. Se juega en equipo, generalmente online, con la posibilidad de elegir entre multitud de personajes para la batalla en línea. Riot Games es la rentable empresa responsable de este hit multijugador descargable a través de su web. Los estudios han decidido, sabiamente, expandir el universo de su popular título más allá del ordenador, la tablet y las consolas. Hace unas semanas se estrenaba en Netflix, en tres tandas de tres episodios, la primera serie basada en su imaginería, Arcane, una apuesta de animación que, a diferencia de otras sonadas producciones que cruzan medios, ha cumplido con las expectativas, ha abierto puertas y cuenta con un futuro prometedor.

El lanzamiento se ha hecho esperar, desde que se estrenase el primer tráiler original en octubre del 2019. Desde entonces han sido innumerables los avances de imágenes colgadas en redes sociales, desde posters de los personajes principales a clips, teasers, avatares o posibles castings de voces. Esta maniobra calculada ha permitido exprimir a conciencia las posibilidades de promoción de una apuesta que ya tiene mucho camino andado a nivel de marketing, reconocida la fama del material de partida.

Arcane nos transporta a Piltover, la ciudad del progreso y la tecnología, y también a la salvaje Zaun, la cara y la cruz de un mismo mundo. Jinx y su hermana Vi son las protagonistas de la aventura. En la serie descubrimos su origen y las razones por las cuales, al crecer, se convierten en fieras enemigas. La estética explota abiertamente, sin rubor y con libertad, el género steampunk -aires de época victoriana mezclados en un hábil turmix con un ambiente futurista gótico e industrial-, con destellos de originalidad, fantasía y magia. La técnica de animación fusiona la tradición con los hallazgos de las nuevas tecnologías, consiguiendo un look que va muy bien con la idea adaptada al formato audiovisual. Sin duda, estamos ante una versión encomiable, máxime teniendo en cuenta la cantidad de fiascos que hemos tenido que tragarnos basados el videojuegos de éxito, sobre todo en imagen real. Quizás uno de los méritos de lo último de Netflix sea haber apostado desde el principio por el cartoon frente al live action. Una vez concluida la primera temporada, queda claro que el resultado es capaz de atrapar tanto a los aficionados al League of Legends como a ese público ocasional, de mente inquieta, que sabe modelar su gusto con criterio y está abierto a todo tipo de iniciativas.

Aprovechando el final de su primera sesión ya se ha anunciado una nueva tanda de episodios para finales del año que viene, principios del 2023. Esperemos que sigan manteniendo la destacable factura técnica, además del mimo con el que se trata a los roles protagonistas, a los cuales amas u odias dependiendo del desarrollo de la trama. Que los personajes importen al público, evolucionen mucho o poco, es esencial para el disfrute del conjunto, más allá de lo puramente visual. Hay muchos arcos argumentales de interés sobre la mesa y el cliffhanger de la última entrega es monumental. Temas como la amistad, el concepto de familia, los principios y la lealtad atraviesan una aventura coral con mucho que contar.