Los premios se vuelcan con las series de plataformas y olvidan a las televisiones

mikel labastida VALENCIA / COLPISA

PLATA O PLOMO

Movistar+

Muchas ficciones de las cadenas convencionales quedan eclipsadas por la fuerte promoción de los servicios de Internet

07 dic 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

La relevancia que han tomado las series en el consumo diario y en las conversaciones cotidianas ha provocado una mayor atención sobre todo lo que sucede en torno a ellas. Galardones clásicos como los Forqué, creados por los productores audiovisuales, decidieron hace unos años ampliar sus miras y premiar también producciones televisivas. El debate llegó incluso a los Goya, aunque por el momento estos han mantenido su foco únicamente en el cine. Otros reconocimientos instaurados hace menos tiempo, como los Feroz, que otorgan los periodistas cinematográficos, sí optaron desde su concepción por otorgar estatuillas tanto a series como a películas.

Este interés generalizado y la multiplicación de miradas generan también que las controversias aumenten. Solo hay que ver cómo se reciben, cuando se anuncian, las ternas de candidatos a este tipo de premios, con críticas no solo por las ausencias de algunos títulos, sino por la inclusión de otros. Uno de los reproches más repetidos es el olvido de las series que se emiten en cadenas generalistas, como TVE y Telecinco, y el supuesto mimo con el que se trata a todo lo que sale de nuevos canales como Netflix y HBO.

Un repaso a las candidaturas de los Forqué y los Feroz de este año sí constata, desde luego, que a los miembros de las asociaciones que promueven estos premios les ha gustado poco lo que se emitió en la tele en abierto. En los primeros parten como favoritas La Fortuna y Hierro, ambas de Movistar, mientras que en los segundos destacan Venga Juan (de HBO Max) y Reyes de la noche (Movistar). Apuestas como Hit, El pueblo y La cocinera de Castamar no han sido tenidos en cuenta.

 «Un premio es un reconocimiento subjetivo. Si te lo dan, das las gracias. Si no, felicitas al ganador y punto. Esta es mi filosofía», comenta, cuando se le pregunta al respecto, el guionista Javier Olivares, que ha visto cómo obras como El ministerio del tiempo eran reconocidas en estos lares, aunque también se ha ido de vacío con otras ficciones en las que ha estado involucrado. «El debate no debería centrarse en las series o actores finalmente premiados. En un 99 % no hay nada que discutir: lo valen. Donde debería centrarse el debate es en las nominaciones, en los finalistas. Ahí es donde se nota una influencia promocional. En premios y en crítica, previamente. Ha habido producciones en abierto, esencialmente de las televisiones públicas, que han pasado injustamente desapercibidas. Y hablo de productos del nivel de Nit i dia, Malaka, El último show o Hit», añade.

A la subjetividad apelan la mayoría de votantes de estos premios. «Somos 230 miembros, cada uno de su padre y su madre», apunta María Guerra, presidenta de la Asociación de Informadores Cinematográficos de España (AICE), para incidir en la diversidad a la hora de votar. «Intentamos votar obras que tengan un componente arriesgado y eso es más fácil que aparezca en las plataformas. Pero luego hay todo tipo de casos, como Paquita Salas, que era de Flooxer, o este año Cardo, de Atresplayer. También hemos premiado series que se emitieron en abierto como Fariña o El ministerio del tiempo», argumenta la periodista, aunque reconoce cierta inercia a mirar más las plataformas. «Pero creo que es más fuerte la búsqueda del riesgo, no hay ningún ánimo de menospreciar las series en abierto», concluye. 

Debate hay, nadie puede dudarlo. «Es verdad que las cadenas generalistas ahora tienen menos producción, pero ¿en qué planeta van a ser mejores La Fortuna o El tiempo que te doy que Estoy vivo?, por ejemplo». Rosa Belmonte, crítica de televisión de Vocento, se moja. «Creo que hay mucha tontería y deslumbramiento por series de las que no nos acordaremos en diez años. ¿Quién demonios se va a acordar de Gambito de dama?», añade.

Luego se debe tener en cuenta también el modo en que esta clase de galardones se vota. Hace unos días, a propósito de las nominaciones a los Goya —que también fueron criticadas— un académico, David Pulido, publicó en Twitter un hilo en el que se explicaban cuestiones que ayudan a entender los resultados finales, como que es complicado que los votantes vean todo lo que se produce o que sea posible acordarse del trabajo en cada área de cada título. Y, por supuesto, reconocía que las obras con directores o actores muy famosos detrás tiren más. ¿Qué solución se puede poner a esto? «Dedicar tres meses a tiempo completo y remunerado a ver todas las películas, asistir a cursos de asesoramiento sobre disciplinas técnicas y artísticas e invalidar nuestros votos si hemos tenido amistad o relación comercial con cualquier nominado», respondía irónicamente.

Este desajuste entre la atención a productos de teles en abierto o de pago no es patrimonio español. En Estados Unidos es muy habitual que en las entregas de los Emmy o de los Globos de Oro mayoritariamente tengan cabida las producciones de las plataformas. Los Forqué se celebrarán el próximo 11 de diciembre. Maricón perdido (de TNT) y la nueva versión de Historias para no dormir (de Prime Video) también pueden arañar algún galardón. Los Feroz se resolverán el 29 de enero. Estos también se han acordado de Vida Perfecta y Cardo.