Leonor Watling y Rafael Novoa protagonizan la adaptación televisiva de «La templanza», de María Dueñas

José Antonio González MADRID / COLPISA

PLATA O PLOMO

AMAZON PRIME VIDEO

No es extraño ver cómo los personajes de los libros de María Dueñas cobran vida y se convierten en personajes de televisión encarnados por los actores y actrices del momento

27 mar 2021 . Actualizado a las 09:38 h.

Un viaje al siglo XIX de la mano de Boomerang TV y a Atresmedia (a través de Buendía Estudios) que se estrena este viernes en Amazon Prime Video. Una ficción que pasa primero por las nuevas plataformas y que luego llegará a los canales tradiciones, la nueva moda de los estrenos en el ecosistema televisivo español.

Diez capítulos donde los personajes de María Dueñas cobran vida con la ayuda de Leonor Watling, Rafael Novoa, Emilio Gutiérrez Caba, Juana Acosta, Esmeralda Pimentel, Nathaniel Parker, Alejandro de la Madrid o Raúl Briones. La templanza es un recorrido por la España y Latinoamérica del siglo XIX y también un viaje por la sociedad de la época.

Un trabajo «muy minucioso, una auténtica superproducción», señala Leonor Watling (España, 1975) que da vida a una de las protagonistas de la historia, Soledad Montalvo. Una jerezana adinerada que «ha sido una delicia interpretarla», apostilla Watling. «El personaje de Soledad es una rareza, es una mujer fuerte, con una vida a sus espaldas y que en una época en la que la mujer no tenía voz se ve en la situación de encontrar la suya», añade.

La vida de Montalvo transcurre en paralelo a la vida de Mauro Larrea, interpretado por Rafael Novoa (Colombia, 1971), un viudo español que decide irse con sus dos hijos pequeños a «hacer las Américas», tras la muerte de su esposa. «Es un personaje que ha venido de la nada, ha tenido todo, ha vuelto a perder y tiene la fuerza para seguir tirando», detalla Novoa.

Viaje por medio mundo

A través de las vidas de Soledad y Mauro, La templanza lleva a la audiencia un viaje por las tumultuosas comunidades mineras de México en el siglo XIX, pasando por los elegantes salones de la más exclusiva sociedad londinense, para llegar a la brutal Cuba de la trata de esclavos y, de allí, a un Jerez glorioso en el que se encontraban las bodegas más importantes del mundo.

«Lo bueno de descubrir una serie de época es precisamente esa riqueza cultural que se encuentra en La templanza», detalla el actor colombiano.

La historia relatada por María Dueñas transcurre en un periodo comprendido entre 1850 y 1870 en cuatro culturas distintas: el Jerez de la Frontera de las grandes familias de bodegueros, el Londres victoriano donde Soledad madura, un México que juega con Mauro y su suerte, y la isla de Cuba, donde Mauro se encauza y enfila su destino hasta conocer a Soledad.

Cuatro centros neurálgicos que han llevado a recorrer centenares de localizaciones por el Viejo Continente y también al otro lado del Atlántico, concretamente 215 situadas en Tenerife, Dublín, Madrid, Toledo, Cádiz y Jerez de la Frontera, donde se han recreado ambientes que retratan desde la miseria más absoluta de los inicios de Mauro a las fiestas más exclusivas de la alta sociedad habanera, pasando por desembarcos en puertos de México y Cuba. «A título personal, a mí me alucinó Jerez», confiesa Watling.

«Esta serie se va a quedar pequeña para la televisión», comenta, por su parte, la actriz Juana Acosta (Cali, Colombia, 44 años) que da vida a Carola, una mujer inteligente y manipuladora, que sabe cómo mover los hilos.

Todos los escenarios utilizados en la serie han tenido que ser transformados para seguir las exigencias del guion. «Hemos trabajado con un equipo técnico de primer nivel formado por más de 300 profesionales que han conseguido una ambientación fiel a la novela. España tiene una gran capacidad para reunir grandes equipos técnicos y, además, la multitud de enclaves donde recrear escenarios de distintos lugares del mundo, han convertido a España en el mejor plató de Europa», detalla Tedy Villalba, productor ejecutivo de Boomerang TV.

121 jornadas de rodaje con cifras mareantes: 200 profesionales, más de 100 personajes, casi 150 decorados y 2.000 figurantes. Números precovid. Y el trabajo de documentación para el vestuario «ha sido enorme», apunta Acosta. El equipo ha realizado una búsqueda exhaustiva de moda general de las dos épocas en las que transcurren las acciones (1850 y 1870) para cuidar hasta el último detalle.