Ellas no tenían elección

Tamara Montero
Tamara Montero EN CONTRA

PLATA O PLOMO

A los 25 minutos, caen todas la máscaras. El destino de Poniente se resume en esa frase que Jon Snow le espeta a Tyrion. La serie con personajes femeninos fuertes se resuelve en un titular: Hombres decidiendo cosas

20 may 2019 . Actualizado a las 15:22 h.

Claro que no. Claro que no te sentiste bien cuando la apuñalaste mientras le decías que siempre sería tu Reina. Lo hiciste de frente, aunque en realidad fue por la espalda. Ellas no tienen elección, ¿verdad? Esta última temporada se resume en esa frase que le espetas a Tyrion en su celda cuando te pregunta qué piensan tus hermanas sobre el reinado de Daenerys Targaryen: «Ellas no tienen elección». Durante seis capítulos no hemos visto más que una escena: Hombres decidiendo cosas. Decidiendo que la Rompedora de Cadenas está loca y que su noción de Justicia, que antes jaleaban, ahora que acaricia el Trono de Hierro con sus manos, ahora está equivocada. Decidiendo que quien tiene derecho a gobernar eres tú, el bastardo hijo de una Stark y un Targaryen. Decidiendo que Khaleesi no está preparada. Ahora resulta que en la guerra solo muere gente cuando son unas histéricas las que mandan. Decidiendo que la Reina se ha trastornado. Que hay que arrebatarle la corona. Decidiendo el próximo Rey, y que a partir de ahora se vota. De todas opciones, por supuesto. Es el único Stark hombre el que tiene que ceñirse la corona. Por el amor de Dios, si hasta toma decisiones Gusano Gris, que hasta hace tres capítulos ni siquiera abría la boca.

No pasa nada, en el fondo hay un poco de justicia en toda esta sucesión de señores decidiendo cosas. El anonimato eterno de Tyrion, el auténtico conspirador que se pone la capa de dignidad cuando más le conviene a sus intereses. Y esa cara de estupor cuando descubre que no, que su nombre no aparecerá en las crónicas. Tú, Jon Snow, el héroe atormentado que estaba llamado a ser el salvador de las siete patrias, al final te quedas como estabas. No tomarás esposas, no tendrás tierras ni engendrarás hijos. El invierno se acerca. Empieza tu guardia. Y sobre todo, que el Norte no olvida. Y madre mía, que bien le queda la corona a Sansa.