El 90 % de sus ventas van al mercado internacional, a particulares de Australia, el Reino Unido y Estados Unidos, principalmente, gracias, en parte, a que BuzzFeed, que define como el Times de los jóvenes, recomendó sus productos en una listas de regalos imprescindibles y tras ella vinieron otro tipo de publicaciones que ampliaron su visibilidad. «El boca a boca también funciona mucho», reconoce esta joven que atiende entre 250 y 500 pedidos a la semana, la mayoría de particulares. Explica que rechazó un trabajo indefinido, al poco de montar la empresa, en donde supieron apreciar que era emprendedora, y asegura que no se arrepiente. El negocio, explica, es rentable, tanto que le condiciona el espacio de su casa cuando hace los pedidos. Por ello está pensando buscar, para el verano, un local donde asentarse, más como oficina que como punto de venta, y prevé incorporar a La Barbuda a alguien que le ayude a gestionar todos los pedidos y también que se ocupe de la gestión empresarial para poder centrarse en el diseño.