La selectividad que ya está lista en Galicia: cuatro preguntas, más competencial y nuevo sistema de corrección de las faltas
SELECTIVIDAD
Galicia la única comunidad con modelos de selectividad ante las quejas de estudiantes en el resto de España por la carencia de modelos
11 oct 2024 . Actualizado a las 20:43 h.Los jóvenes españoles que cursan bachillerato se han echado a la calle para protestar por la falta de información sobre la selectividad y, de paso, para quejarse de otras cosas: de la propia selectividad, de la desatención de la escuela pública y del enfrentamiento de la policía con los estudiantes de Murcia cuando protestaron la semana pasada.
En las principales ciudades del país hubo concentraciones con pancartas, gritos y pitos en estas movilizaciones convocadas por el Sindicato de Estudiantes. Con carteles como «Basta de destruir la educación pública. No es solo la PAU, es todo», «Menos policía y más educación», «Nuestro futuro no es un juego» o «Nuestro futuro, vuestra responsabilidad», los estudiantes querían señalar su situación de «ansiedad al 100%»: «Estamos muy enfadados porque llevamos un mes de clases y aún no sabemos cómo serán las pruebas que decidirán el futuro de miles de estudiantes», explicaba un portavoz del Sindicato en Barcelona.
Algunas administraciones han reaccionado ante estas movilizaciones. En Andalucía se aseguraba que el próximo lunes a mediodía estarán los modelos de examen, mientras en Cataluña se pedía paciencia hasta final de mes. La ministra de Educación, Pilar Alegría, responsable indirecta porque su departamento no emitió el real decreto en que se basa la prueba hasta junio, pedía «calma» porque los modelos de examen «están en marcha».
Y mientras, en Galicia la situación era mucho más tranquila. Sí hubo convocatoria de huelga con seguimiento, pero las concentraciones apenas juntaron cincuenta personas en Ferrol, A Coruña y Ourense, donde estaban convocadas. Hasta la Praza Maior de Ourense se desplazaron alumnos de varios institutos de la ciudad a los que se sumaron estudiantes de O Carballiño y también un pequeño grupo procedente de Silleda. «Decidimos venir porque al no haber nada en Santiago este era el que nos quedaba más cerca», explicaba una de las integrantes del pequeño grupo que madrugó para salir desde las tierras del Deza hacia la ciudad de As Burgas a las nueve de la mañana. La concentración no duró demasiado. No hubo manifiesto ni gritos, aunque sí algunos carteles en los que exigían el final de la incertidumbre. En Ferrol el grupo era escueto y pedía tanto información como criticaba la actuación de la policía con los estudiantes de Murcia la semana pasada.
Xunta y universidades exhibieron unidad y anunciaron el camino a seguir
Mientras por toda España los estudiantes de segundo de bachillerato se echaban a la calle reclamando información sobre la nueva selectividad, en Santiago los responsables de la Consellería de Educación y de la CIUG —la comisión de las tres universidades gallegas que diseña la prueba de acceso a la universidad— mantenían una reunión de balance sobre el trabajo realizado en la comunidad, el único territorio en España que ya tiene modelos de examen. Como explicó el propio conselleiro, Román Rodríguez, los gallegos empezaron el curso «cos deberes feitos» porque a 30 de agosto se colgaron los modelos de examen de la nueva selectividad, que varían sustancialmente con los existentes hasta ahora. Aún quedan cosas por hacer, porque se necesitan ajustar detalles. Por ejemplo, el grupo de trabajo (equipos de asignatura formados por profesores de universidad y de instituto) de Lingua Galega e Literatura no tenía director hasta ahora un inicio algo accidentado; y en algunas materias hay que hacer pequeños ajustes del reparto de temas por preguntas.
Pero a estas horas hay más certezas que dudas. Se sabe que todos los exámenes tendrán 4 preguntas, que la primera carecerá de opciones y que será competencial, es decir, que el alumno no debe repetir contenidos sino demostrar que los sabe usar. Estos dos aspectos (estructura y competencialidad) han sido muy destacados en la reunión de este viernes, porque son la base de la nueva selectividad: la nueva ley educativa (Lomloe) exige una selectividad de menos memoria y más madurez; y este año, que arranca el modelo, esta forma de contestar valdrá el 25 % de la nota, y se prevé que en el próximo curso será el 50 % y así sucesivamente. Que todas las materias tengan la misma estructura facilita el paso del sistema anterior (con dos exámenes a elegir, fusionados además durante la pandemia) al nuevo, mucho más exigente con los estudiantes.
El presidente de turno de la CIUG, Pedro Armas (delegado de la Universidade da Coruña), destacó que Galicia empezó el curso con modelos y bastantes instrucciones porque «comezamos o traballo en maio». Entonces reunieron en Santiago a responsables de la selectividad de gran parte de España y les presentaron el modelo de 4 preguntas y una competencial. En junio salió el real decreto del ministerio y «durante os tres meses de verán, todas as semanas tivemos reunións para perfilar os modelos».
Más allá de la política
La sintonía de los rectorados gallegos con la Xunta en este proceso tan complicado fue destacada por las dos partes, quienes consiguieron desterrar cualquier cuestión política para centrarse en lo importante, el bienestar de alumnado, profesorado y familias. Y eso que en julio Alberto Núñez Feijoo anunció que las comunidades del PP tendrían la misma prueba de acceso a la universidad. Sobre esto, Rodríguez puntualizó: «Falamos dun examen común, non idéntico».
Según la directora xeral de Innovación Educativa, Judith Fernández, Galicia consigue la cuadratura del círculo porque sigue las directrices del PP y el decreto del gobierno socialista. Es cierto, asume la directiva gallega, que Castilla y León (la segunda comunidad en tener algo parecido a modelos por asignatura) tiene otro formato de examen, con otro número de preguntas, pero la esencia es la misma: «Se o comentario de texto en Lingua Castelá vale 3,5 en Castela e León, e 3 en Galicia, estamos falando de exames similares», aunque con diseños diferentes.
Faltas de ortografía y corrección gramatical valdrán entre 1 y 2 puntos
Uno de los asuntos que le queda pendiente a Galicia es cómo se valorarán las faltas de ortografía. En ese sentido, Pedro Armas aseguró que la CIUG seguirá los criterios de la CRUE, las universidades españolas, que decidieron un marco común: en las lenguas cooficiales (castellano y gallego) se podrán quitar hasta dos puntos como máximo por faltas de ortografía y corrección gramatical; en las lenguas extranjeras, serán como máximo 1,5 puntos; y en las demás asignaturas, hasta 1 punto y siempre que haya un texto complejo. Castilla y León, por ejemplo, no cumple la rebaja de 1,5 en lenguas extranjeras y lo deja en 1 punto.
La CIUG sigue el acuerdo de la CRUE pero decidió dar vía libre a los grupos de trabajo para diseñar su criterio. Así, en Lingua cada pregunta destina 0,5 puntos a este aspecto; en Filosofía también se valora por pregunta, con 0,1 por cada falta hasta un máximo de 1 punto; y en Lengua se considera el examen en conjunto, con hasta 2 puntos por errores (0,1 por falta o por dos tildes). Faltan muchas materias por decidir cómo van a puntuar este aspecto.