Más de la mitad de los alumnos que van a selectividad son de ciencias

Sara Carreira Piñeiro
Sara Carreira REDACCIÓN / LA VOZ

SELECTIVIDAD

Imagen de archivo de un examen de selectividad
Imagen de archivo de un examen de selectividad CAPOTILLO

Los matriculados desde el bachiller de arte no alcanzan el 4 %; solo 62 estudiantes están exentos de la prueba de gallego

04 jun 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Los alumnos gallegos que a partir de este martes van a selectividad son de ciencias. De las cuatro ramas que hay en bachillerato (artes, ciencias, humanidades y sociales), más de la mitad pertenecen a la modalidad científica, concretamente el 52% de los más de 11.000 inscritos en la matrícula ordinaria de las pruebas de la EBAU.

Eso sí, dos de cada tres de estos estudiantes de ciencias van por la rama biosanitaria, o al menos no la descartan (se examinan de Bioloxía como materia voluntaria). Las ciencias puras tienen menos tirón y un 40% de los alumnos quieren subir nota con Física; el Debuxo Técnico, es decir, claramente las ingenierías o arquitectura, cuentan con menos aspirantes, ya que solo 1 de cada tres (que coincide con los que no van a Bioloxía) optan por esta materia. La elección de optativas es solo una pista, ya que muchos estudiantes se presentan a varias muy diferentes para tener más opciones donde elegir.

Es interesante, por ejemplo, ver cómo las Matemáticas Aplicadas ás Ciencias Sociais la escogen como optativa 1.564 estudiantes. Estos suelen ser alumnos de ciencias que acuden a las matemáticas de sociales porque en carreras como Odontoloxía, Psicoloxía y Podoloxía tienen la ponderación más alta (0,2). 

Otra de las conclusiones que se sacan analizando la matriculación para las diferentes asignaturas de la selectividad es que estar exento de gallego es una absoluta rareza. Esto se debe al cambio de criterio de la CIUG en los últimos años. Hasta hace poco, un estudiante que cursaba primero de bachillerato en Estados Unidos podía pedir la exención de gallego, es decir, no tenía que examinarse de esa materia en selectividad; se trataba de una anomalía, porque eran alumnos que llevaban toda su vida escolarizados en el sistema gallego y solo estaban un año fuera de él. Así, en la selectividad de junio del 2016 hubo 263 bachilleres que evitaron el examen, lo que suponían el 2,7% del total de presentados a la fase general; en este 2023 serán solo 62 las personas exentas del examen de gallego, es decir, el 0,6% del alumnado. Esa exención hace que el estudiante se enfrente a una prueba menos, algo resaltable cuando se trata de examinarse de siete u ocho asignaturas.

 

Menos variedad

Otro asunto importante es la caída de bachilleres de arte: en junio del 2016 eran el 15% de los matriculados y este año no llegan al 4%. A las humanidades les ha ido menos mal que al arte: pasan de ser el 11% del total de alumnos a apenas superar el 9%.

El espíritu práctico también ha laminado la variedad en los idiomas: si antes el 96% escogía Inglés como primera lengua, ahora lo hace el 99% de los matriculados.

El francés es la segunda lengua de la que se harán más exámenes. Casi un 11 % de los inscritos hará una prueba de este idioma en la selectividad de este año. Fuera de las lenguas clásicas (latín y griego) también habrá exámenes de otros tres idiomas, aunque no serán multitudinarias. Apenas un 0,3 % del alumnado que se enfrentará a la EBAU será evaluado de su nivel de alemán, y un 0,4 % probará suerte con el italiano. De portugués, idioma del país vecino, se examinarán el 2,2 % de los matriculados.

Aviso a navegantes: el que copie será expulsado de toda la ABAU

Los exámenes de selectividad en Galicia suelen ser bastante tranquilos. Aún se recuerda el año en que hubo que repetir el examen de Historia da Filosofía (el 2019), pero en la última edición hubo un pequeño susto: tres alumnos fueron expulsados por copiar durante las pruebas.

Fue un hecho insólito, porque en raras ocasiones se pillaba a estudiantes copiando. En el 2022 fueron dos alumnos en A Coruña, en diferentes facultades y días, que tenían el móvil sobre las rodillas para copiar las respuestas; y en Vigo otro joven fue expulsado por usar un reloj inteligente con el que obtenía ventaja sobre el resto de compañeros.

Desde la Comisión Interuniversitaria de Galicia (CIUG), que organiza y corrige la selectividad, se recuerda que «no caso de detectar copia durante un dos exames das probas implica a anulación total da ABAU», no solo del examen en cuestión. Y recalcan a los profesores que las trampas de un alumno van en detrimento del resto, de ahí que no se puedan tolerar.

Detectores de frecuencia

Está claro que la tecnología avanza y quienes quieren hacer trampas están muy al día de las novedades. En previsión de que aparezcan nuevos productos para burlar la vigilancia, la CIUG ha repartido para este año dispositivos para la detección de frecuencias en todas las comisiones delegadas, los centros donde se desarrolla la selectividad.

Estos aparatos interrumpirán cualquier comunicación inalámbrica. La medida se suma a las ya tomadas hasta ahora para evitar el uso de la tecnología: chicos y chicas tienen que llevar las orejas despejadas, y en caso de tener el pelo largo, han de recogerlo de alguna manera. Con esto se pretende evitar el uso de auriculares para copiar.

Tampoco pueden llevar reloj, de ningún tipo. Inicialmente solo se prohibía el digital, pero en la actualidad los relojes inteligentes pueden tomar la apariencia de relojes tradicionales, y los profesores no pueden ponerse a comprobar cada uno. De ahí que se haya optado por eliminar cualquier opción.

En cambio, sí se puede entrar con calculadora, aunque debe ser sin capacidad de programación y sin capacidad gráfica. También se pueden utilizar los diccionarios en los exámenes de Latín y Grego. Eso sí, sin apéndice gramatical y sin ningún cuaderno o papel dentro.

Crean un vídeo con sonidos de exámenes reales para que el alumno se acostumbre

Cada vez es más común encontrar trucos y consejos para afrontar la selectividad, con todo tipo de productos y servicios complementarios. Este año destaca como singular un vídeo de YouTube realizado por una profesora de la Universidad de Valencia que quiso preparar a su hijo de 18 años con lo que se iba a encontrar. Eso es «ASMR examen PAU», un vídeo de «ruiditos» como la propia autora, Marga Cabrero, reconocía a Efe, con sonidos auténticos de un examen, para intentar ayudar al alumnado a prepararse de forma aún más inmersiva y realista para la ABAU.

La idea de ese vídeo ASMR (siglas en inglés de una tendencia de éxito que consiste en la satisfacción que genera el escuchar sonidos y ruidos grabados con absoluta precisión) surgió el año pasado por estas fechas, cuando el hijo de Marga Cabrera estaba en pleno estudio de la selectividad, y le pidió que se sentara a su lado mientras practicaba exámenes de otros años e «hiciera ruiditos». Mover hojas, toser o tirar un boli al suelo eran algunos de esos sonidos para que el chico notara el sonido de un examen real en un aula real, no en su habitación o una sala de estudio.

Aprender a concentrarse

De ahí que pidiese a los técnicos de sonido que grabaran un examen completo de la PAU, una prueba disponible en el canal de YouTube de la universidad, «para facilitar el sonido ambiente» y así simular un examen real mientras el alumno está estudiando.

En total, una hora y 33 minutos de audio real que pueden ayudar a los estudiantes a concentrarse mejor, aprovechar cada hora, aumentar la exigencia y mejorar el rendimiento.

Los estudiantes deben estar en el lugar del examen el martes a las 9

El martes día 6 a las 9 de la mañana los exteriores de las 35 sedes que tiene la selectividad en Galicia (en los siete campus universitarios, Viveiro, A Rúa y Cee) estarán a rebosar de alumnos. Lo ideal es que estén situados en fila según su centro de origen y que vayan entrando a la facultad con orden. Con la pandemia se estableció este protocolo y lo cierto es que resultó un sistema tan ágil y adecuado que la CIUG quiere —a veces sin mucho éxito— mantenerlo.

Una vez en la puerta del aula que tienen asignada (pone el nombre del colegio o instituto implicado), los alumnos son llamados de viva voz por orden alfabético. Deben presentar su DNI (pasaporte, permiso de residencia o similar) a la entrada y recibirán unas etiquetas autoadhesivas que deben conservar toda la selectividad. En ellas su nombre y datos han sido sustituidos por un código de barras, etiquetas que se pegan en cada uno de los exámenes. Así se garantiza el anonimato del autor de cada trabajo.

Ya dentro del aula estarán bastante separados unos de otros y podrán dejar su mochila a los pies del asiento (antes se amontonaba en una esquina de la clase). Escucharán las explicaciones de los vocales de la CIUG sobre las normas básicas del examen: el DNI y el resguardo de la matrícula tienen que estar a la vista, deben llevar bolígrafo y pueden tener gel desinfectante y una bebida (sin etiquetas y en botellas transparentes) en la mesa.

El primer examen será el de Historia de España, el martes de 10 a 11.30; después llega Lingua Castelá e Literatura. Por la tarde, Matemáticas II y Latín a partir de las 16 horas y Economía da Empresa y Deseño a las seis. Miércoles y jueves la jornada de exámenes comienza a las 9.