Educación perfila el borrador de la nueva selectividad

La Voz REDACCIÓN

SELECTIVIDAD

Selectividad en Santiago
Selectividad en Santiago Xoán A. Soler

La prueba de madurez se ha paralizado pero el ministerio quiere introducir cambios: 15 minutos más por examen, una pregunta competencial en la prueba del año 2024 y criterios de corrección homogéneos. Galicia cree que la propuesta «nace morta»

09 feb 2023 . Actualizado a las 18:40 h.

La selectividad del 2024 empieza a tomar forma. Este junio no habrá cambios, pero quienes cursan hoy primero de bachillerato sí verán algunas novedades, pequeñas, en su examen de acceso a la universidad. Según el borrador del Ministerio de Educación, se inicia un camino hacia la prueba competencial (la llamada prueba de madurez que quieren implantar en el 2028) y una corrección más homogénea entre las comunidades. Mañana se presentará este borrador a las comunidades en Comisión General de Educación y a finales de curso habrá una prueba piloto entre alumnos de diferentes comunidades, entre las que no estará Galicia porque la Xunta se retiró de los grupos de trabajo al estar disconforme con el proceso.

Estas son algunas de las novedades de las que se habla:

Más tiempo. Los exámenes de la futura selectividad seguirán siendo por asignaturas, ya que al menos hasta el 2028 no habrá una prueba conjunta sin materias separadas. Pero el ministerio prevé que cada prueba dure un poco más de lo actual, 15 minutos, pasando de los 90 de ahora a los 105. Entre prueba y prueba habrá 45 minutos de descanso (ahora son 30). El objetivo es que el alumno tenga tiempo a estudiar bien las preguntas y desarrollar las respuestas con más calma.

Más competencial. El examen de cada materia irá haciéndose más competencial, donde más que valorar la memorización (que también) se busque determinar la capacidad del alumno de relacionar y comprender. No hay una norma establecida en ese sentido, pero en el prólogo del decreto se explica el espíritu: «Se llevará un proceso temporal intermedio hasta estar en condiciones de llegar a un modelo definitivo en el cual el enfoque competencial de la prueba sea completo. De esta manera, se dispondrá de un generoso margen temporal para garantizar un tránsito natural y paulatino entre los dos sistemas y una progresiva adecuación al nivel de experiencia del profesorado y del alumnado que deberá ser adquirido progresivamente».

Filosofía o Historia. Al igual que hasta la aplicación de la Lomce (sobre el 2017), los estudiantes podrán elegir en selectividad entre Historia de España e Historia de la Filosofía; dicha elección deberá efectuarse en el momento de la inscripción en la prueba de acceso. Durante el curso tendrán ambas materias, pero en la fase general de selectividad podrán desechar una. Hay que recordar que es obligatorio examinarse de Lengua Castellana y Literatura, Primera Lengua Extranjera, la materia de opción (Matemáticas, Latín, Dibujo...) y en Galicia, Lingua Galega e Literatura; a eso se añade Historia o Filosofía. Por tanto, un alumno gallego tiene 5 exámenes obligatorios (sin lengua oficial serían 4), como hasta ahora. 

Corrección más homogénea. Uno de los aspectos más criticados de la selectividad es que su dificultad depende del territorio. Esto ha llevado al PP a pedir en algunas comunidades una prueba única o, como ocurre en Galicia, una mayor homologación del contenido. Es difícil consensuar un texto en tanto la educación está transferida a las comunidades autónomas. El ministerio intenta centrar algo este asunto con una serie de criterios de calificación claros y objetivos para asegurar la equiparación de nivel entre regiones. Hay que recordar que Galicia no está en los grupos de trabajo de la nueva selectividad precisamente porque consideraba que no había garantías de homogeneización. El decreto dice textualmente: «La Conferencia Sectorial de Educación y la Conferencia General de Política Universitaria establecerán procedimientos de coordinación entre las distintas administraciones educativas destinados a homogeneizar la estructura general de la prueba, así como los ejercicios y los criterios de evaluación de las distintas materias objeto de examen, con el fin de garantizar su claridad y objetividad, asegurando su equiparación entre los distintos territorios».

Segunda corrección o reclamación. Se vuelve al pasado, y así un alumno puede pedir una segunda corrección de su examen o la reclamación de una nota, que son cosas diferentes; en el primer caso se arriesga a que le bajen la nota, en el segundo caso no (pero si pide reclamación no puede solicitar después segunda corrección). Se trata de que un profesor diferente del primero revise el examen entero (segunda corrección) o simplemente recuente los puntos y compruebe que todos los ejercicios están corregidos (reclamación).

Tercera corrección, definitiva. Es un cambio que afecta a menos alumnos, a aquellos que piden corrección de su examen y en la segunda revisión el profesor marca una nota diferente en dos puntos al primer docente. Entonces, de oficio, se pasa a una tercera corrección. Según el borrador del ministerio, esta será la definitiva y no habrá media entre las tres (en Galicia ocurría así hasta hace un par de cursos).

Adaptaciones a alumnos con necesidades educativas. Los organizadores (en el caso gallego, la CIUG) podrán adaptar, para atender la singularidad de los alumnos con necesidades especiales de apoyo educativo, los tiempos de los exámenes, crear modelos especiales de examen y o poner a disposición del estudiante  los medios materiales y humanos, las asistencias y apoyos y las ayudas técnicas que precise para la realización de la prueba de acceso. «La determinación de dichas medidas se hará basándose en las adaptaciones cursadas en bachillerato», indica el borrador de decreto.

El conselleiro de Educación critica el borrador: «Nace morto e será transitorio»

El conselleiro de Cultura, Educación, Formación Profesional e Universidades, Román Rodríguez, ha criticado el nuevo borrador sobre la selectividad, que ha considerado como «unha ''bomba de racimo'' que terá que corrixir o novo Goberno».

Al ser preguntado sobre esta cuestión, Rodríguez ha asegurado «ter a sensación» de que el Ministerio de Educación «non sabe que modelo seguir» ya que está «constantemente cambiando os borradores», lo que para él ocasiona una «confusión absoluta para as familias e os alumnos».

El conselleiro se ha mostrado convencido de que este proyecto «nace morto e será transitorio», y cree que el Ejecutivo de Sánchez pretende dejar una «bomba de racimo» previa a las Elecciones generales de este año con, lo que denomina, «un desaguisado que terá que corrixir o novo Goberno».

Es por esto que ha alabado la decisión de las administraciones autonómicas gobernadas por el PP de «non colaborar co proxecto», ya que entiende que no hay «unha idea clara» de lo que pretenda el ministerio. Además, Rodríguez ha criticado la «pouca seriedade» de la Administración central a la hora de difundir este nuevo borrador. Según ha contado, el ministerio envió el borrador de la EBAU a su consellería «ás 4.31 da madrugada», por lo que «ao levantarse» esta novedad «xa aparecía publicada nos xornais».

Rodríguez ha asegurado ante la prensa que este nuevo borrador que propone el Gobierno no resuelve el principal defecto que, considera, tenía la EBAU hasta el momento: la desigualdad entre los examinados de todo el territorio. «Non se aclara en ningún momento como facer que os exames sexan homoxéneos», ha dicho. Asimismo, también ha criticado la «relaxación» que, en su opinión, plantea este proyecto en el nivel de exigencia de la prueba de acceso a la Universidad, y que, intuye se extenderá al Bachillerato, lo que para él supone «unha baixada máis da cultura do esforzo».