Los alumnos más brillantes de Deza y Tabeirós presumen de matrícula

David Cofán Mazás
David Cofán A ESTRADA, LALÍN / LA VOZ

SELECTIVIDAD

miguel souto

Los estudiantes con mejor media de las comarcas repasan un año exigente

30 may 2021 . Actualizado a las 19:57 h.

Segundo de Bachillerato siempre se ha caracterizado por ser el año más duro de la etapa académica. Un curso más corto de lo habitual y con mayor exigencia, puesto que, con la selectividad en el horizonte, los alumnos empiezan a tomar consciencia de la responsabilidad que supone entrar en la carrera adecuada, o seleccionar el camino laboral deseado. Este es el caso de los doce alumnos que recibieron la matrícula de honor en los diferentes institutos de las comarcas de Deza y Tabeirós. Seis entre el IES Aller Ulloa y el Laxeiro de Lalín; otros seis en A Estrada, cuatro en el IES Manuel García Barros y dos del Antón Losada; y finalmente una matrícula de honor en el IES Pintor Colmeiro de Silleda.

IES Laxeiro

En este centro lalinense es donde se han conseguido las mejores puntuaciones de los institutos de ambas comarcas. Nair Saavedra, Adriana Pampín y Sara Granja sacaron dos dieces y un 9,95 respectivamente, es decir, entre las tres sacaron un diez en 59 asignaturas y un nueve en una. «A única materia onde non saquei o dez foi en Lingua Galega», reconoce Sara, que se quedó a las puertas de completar el trío de dieces.

Con su 9,95, planea hacer un doble grado de Derecho y Traducción e Interpretación en Salamanca. La selectividad la encara con más calma, ya que el curso supuso para ella «moito estrés, sobre todo ao principio, onde leveino moi mal», afirma.

Por su parte, Nair, que busca alcanzar el 12,75 para entrar en Medicina, señaló que este año el covid «lo hizo todo más cuesta arriba», y pese a que invirtió muchas horas de estudio «no me privé de salir a tomar algo, salir y jugar al balonmano».

El objetivo de Adriana Pampín es entrar en un doble grado de Derecho y ADE en la Carlos III de Madrid, cuyo 12,8 no la asusta, igual que un bachiller que superó con un rotundo diez. «Me lo esperaba peor, entré asustada pero fue mejor de lo que pensaba», y aconseja: «Para mí la clave es organizarse y no dejar las cosas para el último día, hay que evitar el atracón».

IES Aller Ulloa

Es en este instituto de Lalín donde se concentran los dos únicos hombres que consiguieron obtener la matrícula: Rubén Fontán (9,36) y Pablo García (9,86), a los que se une María Abeledo (9,6). Todos ellos incluidos en el itinerario de ciencias.

Rubén basó parte de su éxito en el esfuerzo para poder entrar en Biotecnología. «Sempre fun de estudar pero quero facer esa carreira e esixíame moito», asegura. Pablo, sin embargo aún duda que carrera hacer, aunque parece que se decantará por alguna ingeniería. En su caso, que el último trimestre de primero fuese online «penalizounos moito, polo que foi bastante máis duro que o ano pasado» destaca.

Por último, María Abeledo lleva persiguiendo su sueño de ser médico desde los cuatro años, con lo que la selectividad se presenta como una oportunidad para estudiar Medicina y hacer bueno un año en el que asegura «notouse unha subida de nivel».

«Os meus pais dicíanme que parase de estudar, que ía acabar toleando»

En el caso del IES Antón Losada, las alumnas más destacadas fueron María Ribadavia y Carla Villaverde, que consiguieron la matrícula de honor con un 9,62 y un 9,76 respectivamente. Alcanzar la excelencia no fue tarea sencilla para estas dos jóvenes estradenses, que tuvieron que pelear no solo contra el cambio de nivel académico, sino con los rigores de la pandemia, un obstáculo extra en un camino difícil de por sí.

María Ribadavia está preparando con ahínco la prueba de la ABAU para conseguir entrar en Biotecnología, una carrera que requiere un 12,57 de nota de corte. El gran trabajo realizado en el Bachillerato le permite encarar esta etapa con opciones, mostrando una vez más la importancia de conseguir una buena media en el instituto. «O final si que é máis repaso, o duro foi durante o curso», señala.

«Nótase moito o salto de nivel dun curso a outro, pero coa pandemia máis. O peor momento foi cara o final, cando ves que queda pouco para estudar e agobiate a falta de tempo», recuerda María.

Por su parte, Carla Villaverde no tiene claro qué quiere hacer en el futuro. Ella se decantó por las letras, por lo que Historia o Derecho se presentan como las opciones más apetecibles. «Non teño presión, pero hai que seguir esforzándose para acabar ben», declara. Como María, Carla cree que el cambio a segundo fue muy brusco por la pandemia, que provocó que empezasen «perdidos e desorientados».

Habitualmente esta estudiante estradense sacó buenas notas, pero casualmente fue en el curso más duro cuando alcanzó un éxito rotundo, calificándolo como «o mellor ano académico da miña vida». Las claves de este rendimiento son la constancia y la organización, aunque a veces eso se transforma en un estrés del que intentan despojarla sus padres. «Moitas veces os meus pais venme que chego á casa estresada polo instituto e eles dinme que desfrute e que me relaxe un pouco, e teñen toda a razón porque afogo nun vaso de auga».

Un expediente de sobresaliente en el IES Pintor Colmeiro de Silleda

El IES Pintor Colmeiro de Silleda tuvo en Claudia Gómez Rozados su alumna con mejor nota, un 9,42 de media en Bachillerato que le valió la concesión de la única matricula de honor de su instituto. Para esta alumna de humanidades, uno de los mayores problemas fue la subida de nivel con respecto a primero de bachillerato, sin embargo, una buena organización y la constancia permitieron a la silledense alcanzar la mejor nota de su centro. «Notouse unha subida de nivel, tamén pasar de clase online a volver as clase non foi doado, houbo que organizarse moi ben, senón sería imposible», reconoció.

Pese a que prepara con esfuerzo la selectividad, Claudia quiere entrar en el ciclo de Dirección de Cocina en Santiago. «A nota é importante porque quero entrar nun ciclo moi solicitado. De todos os xeitos sigo preparando a selectividade, aínda que con menos esixencia», explica Claudia.