Las reflexiones de Borja Iglesias desde el Gaiás sobre el pan de Santiago y los bolsos en hombres
VIVIR SANTIAGO
El futbolista regresó en las últimas horas a su ciudad natal junto al actor andaluz Adrián Pino. «Cuando tu autoconfianza y tu bienestar mental están bien es momento de intervenir, porque puede ser que en otro momento te haga daño», valora tras sufrir comentarios homófobos
13 jun 2023 . Actualizado a las 18:51 h.La denuncia que en las últimas horas hizo el futbolista del Betis Borja Iglesias de haber recibido una oleada de comentarios homófobos tras lucir un bolso durante la boda de un miembro del equipo técnico de su equipo, la hizo desde Santiago, su ciudad natal. Así lo confirmó en el pódcast que acaba de publicar junto al actor andaluz Adrián Pino, uno de sus grandes amigos, desde el Gaiás, en el que comparte reflexiones sobre su vida y sobre ese posado que no deja de ser analizado en los medios.
A pesar de que la charla no se centra únicamente en ello, es el tema que está de fondo, y que no se evade. Casi al inicio de los 40 minutos que dura, y a partir de otros ejemplos, el futbolista santiagués razona que «con pequeñas cosas se va transmitiendo un legado» o que «existiendo aportamos». Después de que Adrián Pino admitiese que durante muchos años sorbía de una lata de refrescos sin ser consciente de que ello era de mala educación, el compostelano coge el guante. «Todo es muy relativo. Una cosa es lo que esté bien y esté mal y otra lo que esté establecido como protocolario. ¿Llevar un bolso un hombre está bien o está mal? Hasta hace no mucho estaba establecido que estaba mal, pero ¿por qué? En distintas culturas, como, por ejemplo en China, cuando beben una sopa de fideos, si hacen ruido quiere decir que está bueno, que es de buena educación. Lo importante es no molestar a nadie, aunque entiendo que hacer ruido mientras se toma café pueda molestar», encadena el futbolista, que, en sus stories de Instagram, no dudó en dejar constancia de su visita a Santiago, con fotos en el Obradoiro, en un piso en la zona de Conxo o en la Cidade da Cultura, donde se grabó el pódcast.
Entre bromas, ambos continúan con la conversación, mientras disfrutan de un cruasán de pistacho de Pan da Moa. «Es la panadería de la familia de uno de mis mejores amigos, siempre habla de ella. Empezó siendo una panadería clásica, pero ahora hacen de todo. Está muy rico, increíble», admite Borja Iglesias.
Sin dejar de aludir a lo que sucede en el Gaiás, como el sonido de un skater —algo que el compostelano aprecia—, prosiguen las reflexiones tanto de lo importante que es para Borja Iglesias compatibilizar su vida futbolística con otros ámbitos —«necesito también evadirme, salirme de ahí, para poder disfrutarlo y vivirlo con toda la energía y intensidad»— como de lo mucho que valora el apoyo de sus seguidores. «Es muy guay tener ese salvavidas detrás. Es gente que, hagas lo que hagas, está contigo, te aprecia porque siente que eres importante para ellos. Intento aprender mucho de cómo relacionarme con personas a las que admiro a través de lo que me enseñan los que me siguen a mí. Me encanta la gente que viene y sientes que te conoce, que te admira o esos que se acercan a mí y me hablan de Fred Again —un dj— porque saben que me gusta. Hace dos días, en el Primavera Sound, le pude dar un abrazo», reconoce con gran humildad el compostelano. «Una vez un chico me dijo que sabía que me gustaba la música electrónica y me recomendó un canal de YouTube. He aprendido de esas relaciones efímeras, de esas personas que te han regalado una recomendación de un libro o de una serie», añade, dando pie a Adrián Pino a recordar otro de los gestos, el de pintarse las uñas de negro, que hizo que Borja Iglesias fuese también criticado en el año 2020.
«Me acuerdo que el día que Argentina ganó el Mundial se te acercó un padre y te dijo: "¡Hay que ver cómo tienes a mi hijo, que se ha empezado a pintar las uñas!" Él lo dijo de forma no muy orgullosa, pero yo pensé para mí: "¡Qué guay! No sabes cómo este futbolista está ayudando a tu hijo, más de lo que te imaginas"», razona con orgullo el intérprete. «Aunque a él, la primera vez, no le pareciese bien, ya le ha abierto un espacio para reflexionar», defiende Borja Iglesias.
Sin tapujos, la última parte de la charla se centra en la controversia de las últimas horas. Tras incidir Adrián Pino en que ve «tan necesario que sigas utilizando bolsos...», Borja Iglesias comparte abiertamente sus sentimientos. «La realidad es que los uso porque me he dado cuenta, uno, de que me gustan, porque hay diseños superguays. Y, además, es que es tan cómodo, tío... Estoy cansado de que se me caiga el pantalón. Yo al final en mi bolso llevo una cámara, las llaves. A mí me molestan mucho las llaves en el bolsillo. Y me revienta que se rompan», transmite con la misma tranquilidad con la que analiza la riada de insultos recibidos.
«Ya nos ha pasado varias veces. Lo relativizas, y sabes que tampoco es tan grave ese comentario porque estás preparado mentalmente para recibirlo. Pero eso no quiere decir que porque tú estés ahora preparado, dentro de dos meses no te pueda sentar fatal. Cuando estás en un momento en que tu autoconfianza y tu bienestar mental están bien creo que es momento de intervenir, porque puede ser que en otro momento te haga daño y, sobre todo, a mucha gente le hace daño. Y estoy cansado. Porque a mí también me ha hecho daño», subraya el santiagués, reconociendo, en este caso, lo poco que le alteró tener que hacer pública su denuncia.
«Cuando lo escribí estaba relajado, en un espacio muy guay. Con mi madre, con mi hermana, contigo y otro amigo comiendo una tortilla. En un espacio sano y en una zona de confort para mí», acentúa. «Quería escribirlo, pero después estaba un poco pendiente de lo que pasaba, hasta que el otro amigo me dijo: ‘'Deja el puto Twitter y dame un abrazo''. Y es que tiene toda la razón. Yo ya he hecho lo que tenía que hacer», concluye.