La de Santiago es una comarca de récord: hasta cuatro Guinness cosecharon diferentes concellos desde los años ochenta

Andrés Vázquez Martínez
Andrés Vázquez SANTIAGO

VIVIR SANTIAGO

Los vecinos de Carcacía tuvieron durante tres años el honor de haber cocinado la tortilla de patatas más grande del mundo.
Los vecinos de Carcacía tuvieron durante tres años el honor de haber cocinado la tortilla de patatas más grande del mundo. XOAN A. SOLER

Tres se relacionan con comida y el cuarto con una orquesta, por lo que son hitos que bien podrían representar a toda Galicia

14 mar 2023 . Actualizado a las 08:52 h.

Compostela y comarca han cosechado muchos récords, llegando a parecer una obsesión para sus habitantes durante una época, que ahora ha ido desapareciendo. Esas ganas de ser los mejores, los más grandes o los más pequeños, da igual, estuvieron hace un par de décadas a la orden del día, pues festividad que había, comisión organizadora que se planteaba entrar en el libro Guinness. Y en más de una ocasión, notario mediante, Melide, Negreira, Santiago y Padrón se colaron en sus páginas, casi siempre gastronomía mediante. Aunque no apareció Arzúa, bien podría haberlo hecho, que también marcó un hito en la historia del queso, cómo no.

Todos estos récords han sido cosechados en comunidad, por un equipo de personas que han colaborado todas a una para sacar su propósito adelante y seguir poniendo a su villa natal en el mapa. Comenzando desde el más antiguo de entre los recientes y terminando en el último cosechado, esta ruta por los hitos de la comarca es como un día de romería: lleva de primer plato la tortilla de patatas más grande del mundo, para luego beberse la queimada más descomunal, amenizar la tarde con el concierto de una orquesta más largo de la historia y, para cenar, hacerlo con un buen plato de pulpo acompañado de postre con buen queso del país.

La tortilla de Carcacía, en Padrón

Todo comenzó en 1987, cuando los vecinos de la parroquia de Carcacía, en Padrón, cocinaron entre casi todos la tortilla de patatas más grande del mundo, en aquel momento. Fue un récord que ellos mismos batieron a cada año que pasaban, llegando a su máximo esplendor en 1995. Se necesitaron para aquella primera gran tortilla 5.000 huevos, que llegaron a aumentar hasta los 12.000 pasados ocho años. 

Lo hicieron con motivo del San Isidro, el 15 de mayo, y el encargado de dirigir a los suyos para dar lugar a tal gesta en el 87 fue el chef José Antonio Rivera. Según decía el libro Guinness de 1988, donde se recogía la hazaña, la tortilla que hicieron los vecinos de Carcacía «se elaboró en una sartén de 600 kg, con tapadera, utilizando 5.000 huevos, 500 kg de patatas, 50 kg de pimientos morrones, 150 litros de aceite y 10 kg de sal. Para dar la vuelta a la tortilla se utilizó una grúa». A mayores, se destaca que el peso total de la tortilla sobrepasó los 900 kg, llegando a las 5.000 raciones.

El proceso en el 2018, última edición de la fiesta hasta el momento, seguía siendo el mismo que en esta imagen, datada del 2003.
El proceso en el 2018, última edición de la fiesta hasta el momento, seguía siendo el mismo que en esta imagen, datada del 2003. XOAN A SOLER

Para 1988, la edición siguiente de la fiesta, fueron 8.000 las personas que acudieron a Carcacía, por lo que los integrantes de la comisión hicieron muy bien en planificar una tortilla todavía más grande vista la afluencia de público que iban a tener. En ese año pasaron de quinta a sexta velocidad, pues alcanzaron los 6.000 huevos y los 600 kilos de patatas. El récord Guinness no estaba permitido, pues la técnica era la misma y no se permitía simplemente reeditar el hito, según contaban las páginas de La Voz en aquellos días.

Lo que no cambió fue la generosidad de los vecinos de Carcacía, encargados de donar tanto huevos como patatas a los organizadores y a los cocineros, en este caso los profesionales del restaurante Don Pepe, en Montouto, tras la renuncia de José Antonio Rivera a comandar la operación. Llama la atención, según recogen las crónicas, el tono amarillo que los huevos caseros le otorgaban a la tortilla, hasta el punto de que la comisión tuvo que advertir a los comensales e invitados de que la receta no incluía azafrán, sino que los huevos de casa eran así de intensos.

Los precios estimados de semejantes fiestas oscilaban sobre las 725.000 pesetas, unos 4.350 euros, de las que ponía parte el concello de Padrón. Ese dinero aumentó en la celebración de 1989, llegando al millón de pesetas, y también en ese año siguió creciendo la tortilla, manteniendo el número de huevos pero incrementando el de patatas, hasta los 700 kilos. El resultado de la suma era una tortilla de dos metros y medio de diámetro, nada menos.

A esta tortilla le quitó el récord Guinness su propio creador, el chef José Antonio Rivera, cuando en 1990 se desplazó a Carballo para cocinar la tortilla de patatas más grande de la historia, aún a día de hoy, con motivo de las fiestas de San Juan de dicho concello. Para esa ocasión, que le dio tres años de gloria absoluta a Carcacía, los carballeses emplearon una sartén de cinco metros de diámetro para juntar los 25.000 huevos, 2.500 kilos de patatas, 200.000 pimientos de Padrón (sí, de Padrón), 350 litros de aceite… El conjunto total pesaba unas siete toneladas y dio para más de 6.000 raciones, aunque la crónica que se publicó en La Voz cuenta que el resultado se quedó un poco insípido, de modo que nadie ha tenido la osadía de intentar superarlo.

La vuelta a la tortilla en Carcacía del 2001, igual que la del 2018.
La vuelta a la tortilla en Carcacía del 2001, igual que la del 2018. ANXO ABALO

A partir de ese 1990 las cosas en Carcacía cambiaron, pues tomaron las riendas de los fogones Miguel Sexto y Armando Blanco, siendo el restaurante de Cacheiras nombrado en su honor todavía puntero en la comarca a la hora de servir tortillas como mandan los más exquisitos paladares. El apogeo se produjo en esos años, a mediados de los noventa, cuando la tortilla llegó a superar en el 95 los 12.000 huevos, 1.500 kilos de patatas y contar unos diez mil comensales.

Las cifras se mantuvieron durante unos años, aunque la afluencia de público fue bajando, de modo que hoy en día el tamaño de las tortillas también es más pequeño, siempre y cuando se junte gente suficiente como para organizar la festividad. Eso sí, le llegaron a salir detractores en la propia comarca, como un colectivo de vecinos que reivindicaba su fiesta tal como era antes de que la comisión «se sacase de la manga» esta tortilla en el 87.

Queimada con sello motero en el Monte do Gozo

En 1995 se dieron cita en el Monte do Gozo unas 10.000 motocicletas llegadas de todas las partes de Europa. Haciendo el Camino de Santiago de esa manera llegaron miles de personas que organizaron en Compostela la queimada más grande de la historia en aquel momento, nada menos que 1.500 litros para calentar sus almas. 

Una de las motos de la concentración de 1999 entrando en el Obradoiro, con la banda de tambores y gaitas TAU, de Viveiro, marchando de fondo.
Una de las motos de la concentración de 1999 entrando en el Obradoiro, con la banda de tambores y gaitas TAU, de Viveiro, marchando de fondo. CAPOTILLO

Se trataba de la Concentración Mototurística Camiño de Santiago, que se reeditó durante varios años hasta que se la llevaron a Boqueixón, por una cuestión logística y para que no se viese dañado el firme de la Zona Vieja. El hito de la queimada lo igualaron también en 1996, con las mismas cantidades. Todo en orden si se hubiesen quedado allí a dormir luego de dejarse embrujar, pero las permisivas leyes de la época daban vía libre al plan que había establecido la gestora del evento: partir hacia O Grove en el 95 y hacia Noia en el 96. 

Para darse cuenta de por qué no se puede beber y conducir y del gran cambio de mentalidad que hemos desarrollado, vale la pena recordar la crónica que La Voz realizó el dos de junio de 1996: «La concentración transcurría hasta ayer por la tarde sin más incidentes que cuarenta caídas leves, y estuvo controlada por 200 agentes pertenecientes a la Policía Local, Guardia Civil de Tráfico, Protección Civil y Cruz Roja. También intervinieron un helicóptero y una unidad de intervención policial». Conviene subrayar que a esos accidentes hay que añadir también los de dos menores de edad que resultaron heridos graves.

Cabe destacar a mayores que en una de esas concentraciones que se realizó ya en Lestedo, en Boqueixón, se cocinó para sus asistentes una paella de récord, que alimentó a tres mil personas. Fue en el 2001, cuando asistieron cuatro mil moteros a la cita del Camino llegando desde los puntos más diferentes de la geografía europea.

Integrantes de la concentración del 2004 marchando por Santa Cruz de Rivadulla.
Integrantes de la concentración del 2004 marchando por Santa Cruz de Rivadulla. SANDRA ALONSO

Las 24 horas de Negreira que completó la Olympus

La orquesta Olympus jugaba en casa cuando conquistó su récord: ser la orquesta que más horas ha echado nunca sobre el escenario dando un concierto. Lo completó al alcanzar las 24 horas en su villa natal. En aquel momento se registró como la «actuación más larga de la historia», pero ese hito lo ha conseguido la banda de rock Kitai superando el día de espectáculo por tan solo seis minutos.

Además de mucho repertorio, hay que tener mucho aguante. Para validar ese récord existían unas cuantas condiciones, como no repetir canción en cuatro horas, no descansar más de 30 segundos entre tema y tema o no abandonar el escenario. Para lograrlo, en aquellos dos días de noviembre del 2007 entre los que se repartió el evento, la Olympus tocó unas 500 composiciones y congregó, en total, a unas 30.000 personas.

La orquesta Olympus tocando ante su gente en Negreira durante aquel maratón de 24 horas del 2007.
La orquesta Olympus tocando ante su gente en Negreira durante aquel maratón de 24 horas del 2007. PACO RODRÍGUEZ

La crónica de La Voz en aquel año sirve para conocer la emoción que les trasladó a los intérpretes la sensación de aquel éxito: «La tentativa, que había comenzado la medianoche del miércoles, fue culminada con una increíble interpretación del We Are the Champions, con la voz prácticamente tomada de Danni, uno de los seis solistas de la banda afincada en Negreira, y ante una plaza abarrotada hasta la bandera que supo agradecer el esfuerzo físico y mental de los miembros de Olympus. La celebración estalló cuando el enorme reloj digital situado sobre el escenario quedó completamente a cero. Era el momento más deseado por los músicos y cantantes de Olympus, pero también por los miles de fans llegados de toda Galicia, así como de Asturias, León o Portugal, en su mayoría jóvenes que permanecieron en la plaza todo el tiempo».

Un jolgorio generalizado en el momento que tuvo consecuencias en los días y semanas posteriores. Dieciséis hosteleros que acompañaron abiertos al concierto de la Olympus tuvieron que acabar pagando multas de 90 euros por operar fuera del horario que tenían estipulado. Según señalaron esos mismos hosteleros, algunos de ellos si seguían con el establecimiento abierto no era por voluntad propia, ya que no podían cerrar al no ser capaces de echar a la gente. Hubo llamadas hasta al 112 esa noche para intentar evacuar locales, pero la locura era tal y los ánimos estaban tan desatados que ni el servicio de emergencias daba abasto con tal situación.

La misma actuación de la Olympus, ahora ya de noche.
La misma actuación de la Olympus, ahora ya de noche. PACO RODRÍGUEZ

El frenesí se había desatado en Negreira, por eso parecen hasta pocas las también dieciséis multas de tráfico que durante esas horas puso la Guardia Civil, provenientes tanto de controles de alcoholemia y radares como de aparcamientos indebidos, llegando a ocuparse vados o pasos de peatones con coches ante la necesidad de ver a la Olympus en su gesta y no ser capaz de aparcar. Seguro que más de uno pagó la sanción con gusto.

El asunto fue tan sonado que incluso se llegó a estrenar un documental, que vio la luz apenas dos meses después del concierto en la compostelana Sala Capitol. Tiene una duración de noventa minutos y recoge tanto los mejores momentos de la actuación musical como el proceso de gestación del proyecto a través de entrevistas con los integrantes de la orquesta. Del documental se realizaron, para su venta, unas 20.000 copias.

En lo tocante a la música existen récords de lo más curiosos. En este caso el concierto más largo dado por un solista alcanzó las 100 horas. Fue el tiempo que un guitarrista argentino estuvo tocando su guitarra en el 2010 para recaudar fondos para los damnificados por el terremoto que tuvo lugar en Chile ese mismo año. Se requieren décadas de práctica para hacer algo así, pues este guitarrista ya había estado en el libro Guinness por hitos similares en años anteriores. 

Melide, donde tienen un plato del que pueden comer todos

Allá por el 2013, para la primera —y única— edición de la feria Pulpo no Camiño, sus organizadores decidieron entrar, ya de paso, en el libro Guinness. Lo hicieron con un plato para pulpo gigante, de nada menos que tres metros con setenta centímetros de diámetro, pero que no fue cubierto de pulpo. Decía quien lo presentó que haberlo llenado del suculento cefalópodo cocinado á feira en la misma edición de la fiesta en la que se presenta supondría gastar muy rápidamente esa bala, que habría tiempo de hacerlo. Pero lo cierto es que no lo hubo.

El plato gigante presentado en el 2013, récord Guinness dadas sus proporciones.
El plato gigante presentado en el 2013, récord Guinness dadas sus proporciones. NATALIA NOGUEROL

Los carpinteros de Melide contratados para la manufactura de semejante artilugio emplearon un mes para tallar la madera de pino que forma el plato, todavía inmaculado. La fiesta estuvo salpicada por la polémica en esa primera edición, pues una asociación de empresarios se quejó ante el Concello de que este no los tuviese en cuenta a pesar de haber emanado de su organización la idea de la fiesta.

Dicho esto, el récord le duró apenas tres meses a los melidenses, pues O Carballiño lo superó ese mismo año con un plato de tres metros con ochenta centímetros (diez más que Melide) para su Festa do Pulpo del 2013. Asimismo, poco les duró a ellos también, pues Ponferrada se lo superó al año siguiente. Actualmente lo han recobrado en O Carballiño, siendo muy sonada su enorme tapa que intentan ampliar cada año. En la última edición, la de agosto del 2022, volvieron a crear la tapa más grande del mundo, con un plato que alcanzó los 5,37 metros y sobre el que se depositaron 515 kilos de pulpo.

Como curiosidad económica, cabe destacar que en aquel 2013, cuando fue presentado el plato y la feria, las raciones se sirvieron en ese evento que homenajeaba al peregrino con su plato favorito a 6,50 euros, muy lejos de lo que se pueden encontrar hoy hasta en el establecimiento más barato.

Queso y Arzúa, un matrimonio de récord

A pesar de que no hayan entrado en el libro Guinness, los quesos gigantes de Arzúa bien podrían haberlo hecho al ser, de facto, las dos piezas más grandes que existieron en el momento de sus creaciones. Está claro que esta tierra no se entiende sin sus quesos ni el queso, en general, se entiende sin una de las comarcas con mejores productos de toda Galicia (por lo menos) en lo que a este manjar se refiere.

Por un lado, Arzúa creó en el 2009 el queso más grande del mundo, un ejemplar que dio unas 15.000 raciones al alcanzar los mil kilos de peso. Por hacernos una idea, el queso tenía un diámetro de 1,80 metros y 45 centímetros de grosor, que necesitaron para originarse nada menos que 8.200 litros de leche, 76 kilos de sal y 1,6 litros de cuajo.

 

El queso gigante, a punto de ser degustado en la Festa do Queixo del 2009.
El queso gigante, a punto de ser degustado en la Festa do Queixo del 2009. PACO RODRÍGUEZ

Este monumento se mantuvo curándose durante seis meses en las instalaciones de la cooperativa La Arzuana y fue servido en la XXXIV Festa do Queixo de Arzúa. Precisamente el desencadenante de la idea que lo planteó fue recaudar fondos para esta celebración, una propuesta de la Asociación Nuestra Señora del Carmen. 

Pasados doce años, en el 2021, Arzúa volvió a la carga. Esta vez traía bajo la manga una figura de queso, la más grande y pesada del planeta, con forma a tamaño real de la escultura en piedra que hay en la plaza principal de la localidad y rinde homenaje a las tradicionales queixeiras: 1,55 metros de alto por 1,35 de fondo y 80 centímetros de ancho. Todo ello con la cremosidad y características típicas de la variante Arzúa-Ulloa.

NOGUEROL

En este caso, la figura de la queixeira alcanzaba los 730 kilos y los 7.500 litros de leche empleados y se diseñó con el molde fabricado con impresora 3D más grande del momento. La iniciativa de sacar adelante este homenaje a las trabajadoras tradicionales y a todo el mundo del queso surgió del club de fútbol CSD Arzúa, que en ese año 2021 cumplía cinco décadas de vida.