El reloj de la Berenguela tiene su propia familia de relojes en Twitter y cada uno da las horas a su manera

Andrés Vázquez Martínez
Andrés Vázquez SANTIAGO

VIVIR SANTIAGO

El reloj de la Berenguela, símbolo compostelano como ningún otro, entre las casas de la Zona Vieja.
El reloj de la Berenguela, símbolo compostelano como ningún otro, entre las casas de la Zona Vieja. PACO RODRÍGUEZ

Se trata una serie de cuentas abiertas en esta red social dedicadas a cada uno de los relojes urbanos de las ciudades más importantes del mundo

18 feb 2023 . Actualizado a las 00:45 h.

Al reloj de la Berenguela, de Santiago de Compostela, le han salido primos a través de Twitter. Existe todo un entramado de cuentas en esta red social que se encargan de dar las horas, cada una bajo el nombre de una capital. Bien sea del Estado, contando con Huesca, Palma de Mallorca, Málaga, Badajoz o Sevilla, o del resto del mundo, entre las que se encuentran Lisboa, El Cairo, San Francisco, Moscú, Buenos Aires o Río de Janeiro. El reloj de Santiago de Compostela tiene hasta un tocayo, por supuesto, en el perfil del reloj de Santiago de Chile.

Por supuesto, la torre compostelana tiene también hermanos, radicados en Galicia. Se trata de los dispositivos que marcan el ritmo en A Coruña y en Vigo, que son en realidad cuentas dedicadas a los relojes de la plaza de María Pita y del Museo de Arte Contemporáneo (Marco), respectivamente.

Serán parecidos, todos alertan del paso del tiempo con sus campanadas, pero no hay dos que suenen igual. Lo mismo sucede en Twitter: la cuenta de la Berenguela escribe un «clon» por cada hora, la de María Pita un «tintón» y la del Marco un «clan». Si levantamos la mirada, pasa lo mismo: no hay dos relojes que suenen, o tuiteen, iguales: Toledo hace «taan», Ceuta «BONG», Huelva «tang», Ávila «dong»... Por supuesto, el reloj de Pekín escribe con el alfabeto chino, igual que el de Ámsterdam y su «Tikkeltak» recuerdan al neerlandés o el de Roma parece que timbra en italiano al sonar «Tintinnio».

Por supuesto, cada tuit lleva el mismo número de palabras de la hora que es y, por tanto, de las veces que repica el reloj real. Se emite, evidentemente, un tuit cada hora, pero además se publica otro siempre a las 3.14 de la madrugada, con el símbolo del número pi, y otro a las 2.22, señalizando ese momento. Todos los relojes se mueven al unísono.

Hay cuentas que van más allá, como las de Atenas o Berlín, y en lugar de marcar la hora con palabras, hacen una representación del propio reloj físico a través de un dibujo creado con los símbolos del teclado, como barras, comas, comillas o signos de suma y resta, además de emoticonos.

La nota discordante es la cuenta del reloj de la Puerta del Sol, en Madrid, que hasta el 2019 se dedicaba a hablar sobre la historia del edificio. Hoy el perfil parece estar en desuso, siendo su última interacción un retuit a la cuenta de la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso.