Será temporada baja, pero Santiago no se queda sin oferta de bares para comer o tomarse algo

Andrés Vázquez Martínez
Andrés Vázquez SANTIAGO

VIVIR SANTIAGO

Sandra Alonso

En estos momentos, durante los meses de enero y febrero, muchos establecimientos hosteleros aprovechan para tomarse unas vacaciones y hacer alguna reforma

11 ene 2023 . Actualizado a las 21:39 h.

La hostelería compostelana se apaga ante las vacas flacas. Pasada la campaña navideña son muchos los gerentes que deciden pasar la cerradura de sus locales debido, sobre todo, al mal tiempo, a que las familias aprovechan enero para reponerse del gasto navideño y a que, evidentemente, en algún momento hay que descansar y coger vacaciones. Ahora bien, resiste en Santiago toda una retahíla de locales que se mantienen y mantendrán abiertos, siendo la alternativa más confiable de este mes para desayunar, tomarse algo, comer un buen menú del día o pegarse un buen homenaje a la cena.

Los cerrados son unos cuantos, ojo. Desde grandes mitos como el Bar Coruña o el Sant-Yago, en la rúa da Raíña, o el Ribadavia, a escasos metros en el Franco, a El Hispano en la plaza de abastos, el hotel Costa Vella y su impresionante jardín o el restaurante Krystal, en plena plaza Roxa. Asimismo, engrosan la cuenta el bar Os Sobriños do Pai o el restaurante Langrina, el restaurante Cabalo Branco o A Taberna do Tarela. En ambos casos, sus cierres silencian calles y plazas, en el primer caso la da Troia y en el segundo la de Santo Agostiño, donde el lunes tan solo tenía abierto Alfredo Brocos, gerente de Casa Pepe, y la parrillada Milongas, aunque sin terraza a la hora de comer.

PACO RODRÍGUEZ

«Nós, se vemos que non hai moita xente, penso que igual pechamos», decía precisamente Brocos, el camarero de este solitario bar. El resto de la semana lo acompañan A Sucursal y sus vecinos de la plaza de abastos. En su caso dependerá de las lluvias, pues si le espantan a la poca gente que ya pasa a día de hoy por la Zona Vieja, quizás sea el momento de aprovechar y tomarse unas vacaciones.

El lunes a la hora de comer, en la plaza de Santo Agostiño, tan solo tenía su terraza desplegada Casa Pepe.
El lunes a la hora de comer, en la plaza de Santo Agostiño, tan solo tenía su terraza desplegada Casa Pepe. Andrés Vázquez

En un caso similar está Pablo Cabana, gerente del restaurante Marte, ante la jefatura de la Policía Nacional. Lo mantendrá abierto esta semana pero el lunes planea cerrar para hacer algunas reformas, que durarán hasta mediados de la semana siguiente. Ha tenido que adaptarse a los tiempos de la empresa que se la va a ejecutar, pero este ya venía siendo su plan de antes. Cabana augura, eso sí, cambios en el negocio hostelero, que llevarán a los profesionales de la hostelería a cambiar horarios para favorecer la conciliación de sus empleados. Él está buscando personal y, precisamente, este es uno de los grandes requisitos que le ponen en todas las entrevistas.

«Coñezo casos de compañeiros, na Coruña, que lles dan aos seus camareiros tres días libres á semana para poder cadrar os horarios dos outros catro que traballan», señala el gerente del Marte, que predice que los cambios afectarán también a las formas de consumo del cliente. Bajo su punto de vista, «este é un proceso natural, froito da profesionalización do noso oficio».

La rúa do Franco es de las que más locales cerrados acumulan.
La rúa do Franco es de las que más locales cerrados acumulan. Sandra Alonso

Enero siempre es malo

Como todos sus colegas que permanecen abiertos, Pablo Cabana sabe que este es un mes malo. La suya es una cafetería, pero igual están en bares o restaurantes, como La Tita o la Bodeguilla, tanto la de San Lázaro como la de Santa Marta. En el primero de los casos, su gerente, Carlos Suárez, ve normal la caída de este mes, «e ata se encaixa mellor logo dun bo Nadal, que creo que superou ao do ano 2019». Tira de calculadora para asegurar que este año los ingresos se dispararon, aunque no tenga las cifras concretas, «pois tivemos que subir os prezos precisamente porque os nosos custos tamén subiron».

Es una realidad similar a la que se vive en las Bodeguillas de San Lázaro y Santa Marta. Su responsable, Javier Míguez, asegura que este año 2022 fue muy positivo, mucho más de lo que podía parecer. «Tivemos unha campaña de Nadal moi boa e iso que non pintaba ben ao cadrar todos os festivos en fin de semana», asegura Míguez, que vio llenarse sus salones con cenas de empresa durante todos los días de la semana.

El mes de enero suele ser el de menos actividad, una vez superadas las vacaciones navideñas.
El mes de enero suele ser el de menos actividad, una vez superadas las vacaciones navideñas. Sandra Alonso

Para su sorpresa, y este es un sentimiento compartido con muchos colegas del sector, mucha gente elegía los menús más caros, «cousa que nos beneficia, lóxicamente». Le parece que, como en verano, «a clientela viña con ganas de ter por fin un Nadal normal, sen máscaras, e iso notámolo moito». Por el momento, dice Javier Míguez, enero tiene una buena tendencia, «aínda que polo momento estamos case en tempada, que acaba nada máis que de rematar», pero sabe que ahora la actividad irá decayendo por los kilos ganados estos días y porque toca ahorrar un poco: «É o que hai, ano tras ano, xaneiro e febreiro son malos».