Fiesta argentina en el Obradoiro: «Lo siento mucho por el resto del mundo, pero nos van a tener que soportar, mínimo, hasta el 2023»

Olalla Sánchez Pintos
Olalla Sánchez SANTIAGO

VIVIR SANTIAGO

Los seguidores de la Albiceleste siguieron la emocionante final del Mundial en distintos bares de Santiago, como el Novena Porta o la cervecería Rúa Bella. Desde las 20.00 horas celebraron la victoria frente a la Catedral

19 dic 2022 . Actualizado a las 23:40 h.

«Impresionante, indescriptible. Fue todo el Mundial sufriendo y ahora podemos festejarlo». Así de emocionada se mostraba Laura Tomala, una argentina que lleva un año en Galicia -y que tiene familia en Viveiro- mientras se acercaba a la plaza del Obradoiro, donde, desde las 20.00 horas, todos los seguidores de la Albiceleste se fueron concentrando para celebrar su victoria tras la tanda de penaltis. «Los vimos todos; estábamos en el bar Novena Porta y nadie giró la cabeza. Hay que apoyar a Argentina hasta el final», destaca, aclarando que en el local de la rúa Cardeal Payá -lugar habitual en Santiago para seguir distintas retransmisiones deportivas- de todo el aforo, completo, solo había una pareja de franceses, rivales en la final.

«Fuimos muy respetuosos, pero había que celebrarlo», añade divertida, mientras de fondo se empiezan a escuchar sucesivos cánticos, como «ya lo ven, ya lo ven, somos campeones otra vez»; «Vení, vení, cantá conmigo, que un amigo vas a encontrar. Que de la mano, de Leo Messi, toda la vuelta vamos a dar…»; o «abuela, abuela», en honor a la seguidora argentina de mayor edad que tampoco dudó, a pesar de la lluvia, ni en ir al Obradoiro ni en dejar de girar en la plaza.

Cedida por Claudia Illesca

«La alegría es doble por Messi; había una deuda con él. Todos los argentinos lo teníamos claro», reafirma Laura mientras, entre risas, comenta que «lo siento mucho por el resto del mundo pero nos van a tener que soportar, mínimo, hasta el 2023», en relación a la inmensa celebración que se avecina. «Ahora mismo tengo mucha morriña de Argentina, de poder estar allá, en el Obelisco y hasta trepar por él», defiende sonriendo, en relación al icónico monumento de Buenos Aires, epicentro también de los festejos argentinos.

«Sabemos que los argentinos estamos locos con el fútbol, pero es que yo no entendía cómo acá, en los trabajos no se permite ver los partidos. Y eso que en el mío hay televisión», analiza aún sorprendida esta productora, ante el choque cultural con su país. «Allá en los colegios hasta nos dejaban salir antes para ver los partidos», constata. «Pero ha sido muy bonito juntarnos aquí todos, y poder celebrarlo», subraya, mientras avisa que los festejos se prolongarán.

También hasta el Obradoiro llegó Claudia Illesca, una argentina que siguió la final del Mundial de Catar desde la cervecería Rúa Bella, situada en la Rúa Nova. «Estábamos sobre cien personas. Yo vivo en Louro, en Muros, pero como no conozco allí a más argentinos durante el Mundial me recorrí Galicia para juntarme con más. En los octavos me fui a Lugo. En la final, ya por comodidad y porque tengo a dos niñas chicas, me vine a Santiago», comenta eufórica y sin ápice de cansancio. «Se vive todo muy a flor de piel. La unión con el equipo es tremenda. En el bar nos arrimamos todos codo con codo. Al final lloramos muchos. Extrañamos Argentina. Yo llevó acá 18 años, pero la echo mucho de menos», incide también Claudia. «Al estar lejos se magnifican mucho las emociones. Tenemos que darlo todo», añade de forma gráfica mientras en el Obradoiro los cánticos no cesan.

«Los argentinos somos así. Al principio, al ver la primera parte del partido, nos relajamos. Dijimos: ‘bueno, ya está todo hecho'. Y después tocó otra vez sufrir y agarrarse, pero valió la pena», sostiene, mientras avanza que «ahora nos volvemos a ilusionar», en un análisis más allá del futbolístico. «Maradona nos guio desde el cielo», concluye sin dejar de festejarlo.