Remedios Pereiras, la nueva centenaria de Vedra

P. C. LA VOZ

VEDRA

El alcalde de Vedra, Carlos Martínez, y la concejala de Benestar Social, Susana García Lema, visitaron a Remedios Pereiras y le entregaron un ramo y un escudo del Concello en nombre de la corporación tras convertirse en la nueva centenaria del ayuntamiento. La vecina de Santa Cruz de Ribadulla sopló las velas el miércoles rodeada de familiares, vecinos y amigos.
El alcalde de Vedra, Carlos Martínez, y la concejala de Benestar Social, Susana García Lema, visitaron a Remedios Pereiras y le entregaron un ramo y un escudo del Concello en nombre de la corporación tras convertirse en la nueva centenaria del ayuntamiento. La vecina de Santa Cruz de Ribadulla sopló las velas el miércoles rodeada de familiares, vecinos y amigos. CEDIDA

Su padre fue jardinero del pazo de Ribadulla y ya vivió hasta los 97 años, aunque de sus cuatro descendientes solo lo superó ella en longevidad, a pesar de que el suyo no fue un camino de rosas

28 abr 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Cien años cumplió el miércoles la vecina de Santa Cruz de Ribadulla María Remedios Josefina Pereiras Arán, conocida por todos como Remedios. La nueva centenaria de Vedra celebró esta fecha tan especial rodeada por su familia y amigos, en una sorpresa en la que no hubo una tarta sino tres. Y el lunes habrá una nueva fiesta a la que unirán también algún hijo más que reside en Madrid, yernos, nietos y bisnietos. Remedios tuvo nueve vástagos y actualmente vive con el menor de ellos, Alfonso, su mujer, Fina, y los hijos de ambos.

Viuda desde hace 22 anos, «consérvase de cabeza como hai 30 o 40 anos e fisicamente non está tampouco mal, aínda que se axuda de dous bastóns para moverse», cuentan sus allegados. Su padre fue jardinero del pazo de Ribadulla y ya vivió hasta los 97 años, aunque de sus cuatro descendientes solo lo superó Remedios en longevidad, a pesar de que el suyo no fue un camino de rosas. Su marido y ella consiguieron casa propia pasados los 50 años, por ejemplo, y logró recuperarse de un cáncer de colon que la tuvo entre la vida y la muerte hace tres décadas.

¿Su secreto? Parte es mérito propio, dicen, pero también lo bien cuidada que ha estado en estos últimos años. Esta mujer golosa, que «sempre foi comedora», disfruta especialmente el café de cápsula hecho por sus nietos. Es muy católica y no se pierde un día la misa (antes asistía a la iglesia a diario y ahora ve las eucaristías por la televisión) ni se olvida de rezar el rosario.