Una tarde en el río Ulla con el campeón del mundo de pesca con mosca

Patricia Calveiro Iglesias
Patricia Calveiro SANTIAGO / LA VOZ

VEDRA

CEDIDA

David Arcay introduce estos días a jóvenes de Boqueixón y Vedra tanto en el deporte como en la concienciación medioambiental

29 jul 2022 . Actualizado a las 09:29 h.

Iniciarse en un deporte y hacerlo, además, de la mano de un campeón mundial es una oportunidad al alcance de pocos. Entre esos privilegiados, están varios jóvenes de Vedra y Boqueixón, dos de los concellos en los que David Arcay estuvo estos días para compartir su conocimiento y consejos. El mejor pescador de mosca, avalado por cuatro títulos internacionales (uno individual y tres por equipos), pasó una hora con niños de entre 10 y 13 años, dentro de una iniciativa impulsada por la Federación Galega de Pesca en colaboración con la Consellería de Medio Ambiente. Con las cañas y material aportados por la entidad deportiva, y el Ulla sirviendo de aula al aire libre, se desarrollaron las clases de la Escola de Pesca en Río.

Arcay destaca la curiosidad con la que lo reciben los pequeños: «Atienden muchísimo a las explicaciones. En general, a todos los niños les gusta la pesca, pero muchos nunca llegaron a practicarlo. Hay un desconocimiento casi total porque ya no queda mucha gente que pesque. No es un deporte popular ahora mismo. Eso sí, siempre me tratan con todo el respeto del mundo y con total admiración. Creo que ellos lo valoran incluso más que los mayores». Hay preguntas que siempre le hacen, reconoce, como ¿eres famoso?, ¿ganas mucho dinero?, ¿viajas mucho? o ¿cuál es el pez más grande que cogiste? «Yo siempre les digo que lo que más me gusta pescar son truchas y les explico que casi me recorrí todo el mundo pescando. La pesca te puede abrir muchas puertas», destaca el coruñés de 31 años. Recuerda que a él le ensañaron a pescar sus padres, con solo 3 años. «Solíamos ir al río Viladabade, cerca de Tordoia». Luego entró en el club Salmo y empezó a competir. De hecho, su relación con el Ulla es especial, asegura, ya que «suelo venir todos los años y el primer campeonato de España lo gané en este río, a su paso por Monterroso. Le tengo un cariño especial».

La actividad de divulgación incluye una parte teórica en la que habla a los menores de las modalidades de pesca y de salmónidos, además de incidir en la conservación medioambiental. Al principio, comenta, le sorprendía que los niños no supiesen distinguir entre las especies de mar y las de río, pero ya no se asusta al escuchar, por ejemplo, que las sardinas viven en agua dulce. «Intentamos que conozcan este mundo desde una actitud conservacionista. Es pesca sin muerte siempre, e insistimos en que tenemos que mirar hacia un futuro y, como pescadores, tenemos una responsabilidad», destaca. Gran parte del tiempo lo pasan en el prado, aprendiendo a lanzar, que es dentro de la parte técnica uno de los aspectos más complejos, y acaban probando suerte en el río. «Es difícil que un niño pesque el primer día una trucha. Yo les advierto mucho de eso, para que no se desilusionen, y suelo acabar con una exhibición sacando yo algún ejemplar», indica un hombre que ostenta el récord de ser el más joven en conseguir el oro mundial en su deporte.