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Vedra muestra los rincones ocultos de las camelias

E.A.R. SANTIAGO / LA VOZ

VEDRA

E.A.R.

Una visita guiada por jardines particulares, una casa rural y una bodega constata el atractivo del municipio

08 mar 2020 . Actualizado a las 05:05 h.

Vedra ha convertido a la camelia en uno de sus símbolos, y aspira a la que ya está considerada la flor de Galicia sirva también como un foco de atracción turística y motor económico.

El pasado 23 de febrero este municipio celebró las Xornadas Arredor da Camelia, una cita que cumplió 25 años y que ayer cerró formalmente el programa con la organización de su última actividad: una visita por distintos espacios vinculados a la camelia que no se suelen visitar.

Las fuertes lluvias de los últimos días le jugaron una mala pasada al Concello, organizador de la actividad, pero sobre todo a los propietarios del vivero Suffruticosa, de San Miguel de Sarandón, que no pudieron mostrar sus instalaciones.

La alternativa estuvo a la altura, ya que el grupo, de unas cuarenta personas, pudo conocer un jardín particular con camelios de variedades muy distintas. Isabel Villaverde, propietaria de la finca de tres hectáreas, plantó sus primeros camelios hace veinte años. «Aquí no había nada, y ahora, mira», explica orgullosa de su vergel, del que el grupo de visitantes se llevó camelias de todos los tamaños y colores gracias a la generosidad de esta anfitriona, pese a que, como gran amante de la jardinería, a ella no le gustan en los jarrones. «Cuando quiero ver las flores salgo al jardín, no las corto», afirma.

Pazo Cibrán, en San Xulián de Sales, fue la segunda parada del recorrido con otra anfitriona de excepción, María del Carmen Gacio. En esta construcción del siglo XVIII, junto al mobiliario y piezas dignas de museo, destaca un jardín con camelios centenarios que llegaron en la misma época que los que lucen en Oca y el cercano pazo de Santa Cruz de Ribadulla.

Esta visita, que sorprendió al grupo por la envergadura de los camelios, terminó en la bodega Casa do Sol, también en San Xián de Sales. En este caso, al atractivo de las camelias, secundarias entre tanta superficie de viñedo, se añadió una cata de albariño con una despedida propia de las tierras del Ulla: «De hoxe nun ano, e antes de alá, moitas veces».