Gasolinero de profesión y culturista de vocación

Por Patricia Calveiro

VEDRA

CEDIDA

Con seis primeros puestos en campeonatos de culturismo, este último es el que más le llena, «por su importancia y nivel»

01 may 2019 . Actualizado a las 08:51 h.

Muchos conocerán a Suso Fernández Riveiro (en la foto, segundo por la derecha) por la profesión que desempeña. Lleva diez años trabajando de cara al público, en una gasolinera de Cacheiras (Teo). Y, en los últimos años, los clientes han podido ver cómo pasó de ser ese joven atlético de Vedra que empezó cuando pesaba poco más de unos 60 kilos a convertirse en hombre de 28 años que llama la atención por su envergadura, tras ganar casi 30 kilos más de músculo, un tercio de ellos solo en el último año. El cambio fue obra y gracia del fisioculturismo, un mundo en el que empezó de la mano de David García Morlán cuando este aún atendía en EsQulture Shop, la tienda de nutrición deportiva que puso en marcha junto a Verónica Caeiro Moroño en el Ensanche de Santiago. El preparador físico y dietista, con más de 20 años de experiencia en el sector, es ahora el socio y cofundador de Wonder Company, que ha desarrollado la línea de productos y el régimen que siguió Suso hasta alcanzar su última meta, el oro de la Big Man Weekend en la categoría de 80 kilos. Y estuvo además a las puertas de conseguir uno de los codiciados carnés que dan acceso a la profesionalización. El deportista de Vedra compite desde hace cuatro años, aunque «empecé hace ocho, como una afición. Antes ya era un chico deportista. Me gustaba el fútbol», indica. Con seis primeros puestos en campeonatos de culturismo, este último es el que más le llena, dice, «por la importancia y nivel del campeonato». Pero pocas cosas se logran sin sacrificio y él, después de sus ocho horas diarias como gasolinero, estuvo dedicando otras tres a trabajar su cuerpo en el gimnasio (en Vilagarcía), una rutina en la que no se permite vacaciones ni días libres para llegar a lo más alto. También sigue una «dieta a rajatabla», comenta. Antes de este último oro para el Eternity Team estuvo diez semanas sin probar azúcar. Entre todos los sacrificios, el que más le cuesta es «renunciar a comer muchas cosas en las semanas previas a una competición, pero la recompensa merece la pena. Solo el momento y la emoción de estar encima del escenario y recibir el premio ya hacen que valga la pena», sentencia el fisioculturista, quien también destaca el apoyo que recibe de su novia, Ana María Seijas, que no compite pero «es mi ayudante y me pinta y me cocina casi todo lo que tengo que comer en mi dieta».

J. C.

Aniversario arrocero

El restaurante santiagués A Curtidoría, que dirige el esteirano Borja Portals, está de aniversario. Y para celebrar que este año cumple los 15 hace un pequeño homenaje a la estrella de su carta desde su apertura, el arroz. Un experto arrocero de la cocina valenciana como Adolfo Cuquerella, del restaurante La Granja, es el encargado de servir y asesorar hasta el 12 de mayo con todos sus conocimientos sobre el sabor mediterráneo en el corazón de Compostela. En el primero de los banquetes se sirvió arroz de rodaballo, con sepia, alcachofa y trufa negra. Pero cada día de la semana se ofrecerá una receta distinta. Eso sí, los domingos, como manda la tradición, paella (y valenciana de pura cepa), con los ingredientes típicos y el arroz de Sueca, con la máxima calidad garantizada, como en el resto de propuestas de esta Mascletá Arrocera. 

PACO RODRÍGUEZ

Medallas en Abu Dhabi

Más de siete mil deportistas con discapacidad intelectual de cerca de 200 países se dieron cita en Abu Dabi, para disputar los Special Olympics, unos juegos mundiales que se celebran cada cuatro años y en los que la meta para los atletas es desarrollar la confianza en sí mismos y sus habilidades sociales a través del entrenamiento y la competición. Entre los que viajaron a los Emiratos Árabes para disputar estas olimpiadas estaban dos miembros de la Asociación de Padres de Personas Con Discapacidad Intelectual en Santiago (Aspas), Jesús Cabo y Ramona Seijo, quienes regresaron con una medalla colgada al cuello, lograda en la categoría de atletismo. Corrieron la carrera de 1.500 metros. El compostelano consiguió la plata, y ella el bronce en la prueba femenina. La pareja de ganadores fue recibida ayer en el Concello de Santiago por la concejala de Deportes, Noa Morales, en un acto en el que reconoció el mérito deportivo (y el no deportivo) que tienen los dos.