El curioso incidente de la perra Lola en un bar de Carral

Toni Silva ABEGONDO

TRAZO

CÉSAR DELGADO

Un yorkshire acaba de ser adoptado tras ser olvidado por unos ladrones en un robo frustrado

04 ene 2015 . Actualizado a las 09:53 h.

Desde hace un mes vive en Sigüeiro y se llama Lola. Antes tenía otro nombre y otro domicilio, pero nadie sabe ni lo uno ni lo otro. Y sobre la edad, los veterinarios calculan cerca de cuatro años. Esta perra yorkshire ha llegado a casa de Montse Trillo para ocupar el hueco de otra mascota, Lolo, un perro de la misma raza que se escapó en el municipio de Trazo donde pasaba un fin de semana con sus dueños. Montse, abogada en Santiago, y su familia lo buscaron de forma desesperada por todas las perreras de la provincia. Llegaron a la de Servigal en Limiñón (Abegondo) y creyeron ver a Lolo. Una rápida conversación con los empleados echó por tierra sus esperanzas.

-¡Ese es mi perro Lolo! Mírenle el chip.

-No tiene chip. Y además es perra.

Aún así, el parecido con el can perdido era tan grande que se tomaron aquel encuentro como una señal y pidieron adoptarlo. «Nos hicieron esperar algo más de los 21 días reglamentarios, el yorkshire no es un perro que se abandone así como así, pero al cumplirse el mes nos llamaron para dárnoslo en adopción», explica Montse Trillo, madre de tres niños pequeños. No hubo lugar a debate en la familia para bautizar a la sustituta de Lolo. Conocieron entonces la curiosa procedencia del nuevo miembro de la familia: un robo frustrado donde Lola fue olvidada o abandonada contra la voluntad de los ladrones, que tuvieron que salir corriendo cuando aparecieron los dueños. Aquello ocurrió en octubre en un bar de Carral. De madrugada intentaron entrar a robar pero los dueños, que dormían en la planta superior, se despertaron y se encontraron con un yorkshire. ¿Por qué un perro de este tipo como herramienta de robo? La respuesta llega desde el propio bar carralés, en la zona de As Tablas. «Debían de saber que tiñamos cans soltos e para distraelos trouxeron unha femia -explica la propietaria del local, que prefiere no ser identificada-; o que non sabían e que os nosos cans tamén son femias e comezaron a ladrarlle á nova, espertamos e baixamos».

Lola se ha adaptado a la perfección a su nueva vida en Sigüeiro. Montse Trillo asegura que es más educada y disciplinada que la anterior mascota. Y siguen sorprendidos por el gran parecido entre el perro perdido y la encontrada. «A veces, sin querer, le llamamos Lolo».