El colectivo reitera su oposición al nuevo proyecto de explotación del yacimiento, por el riesgo de contaminación que sus miembros aprecian para la ría de Arousa
04 jul 2021 . Actualizado a las 20:17 h.La ría lleva padeciendo durante décadas los efectos secundarios que la explotación minera de Touro originó, y sigue haciéndolo, en la cuenca del principal río que desemboca en el mar de Arousa, el Ulla. Esto es lo que ayer sostuvo la Plataforma en Defensa da Ría de Arousa (PDRA), en una comparecencia en la que también acusó de falta de veracidad a las promesas que contiene el nuevo proyecto de reapertura de la mina, además de poner el punto de mira sobre la necesidad de que la Administración exija su restauración de forma efectiva y contundente.
En marzo, la Xunta le dio el portazo definitivo al proyecto del yacimiento, posicionándose por segunda vez en contra de la reactivación del complejo minero. La Consellería de Medio Ambiente concluía que la iniciativa «no garantizaba la sostenibilidad ambiental», tras recibir los dos informes técnicos desfavorables -e «insalvables», en opinión de la
Plataforma- de Patrimonio y de Augas de Galicia. Ahora, una vez más, el conflicto parece abocado a reaparecer. Así lo entiende la PDRA, al denunciar que «a mineira volve a intentalo a través de contactos coa veciñanza da mina e as confrarías da Arousa para convencernos das bondades dun novo proxecto», afirman sus integrantes.
La multinacional Atalaya Mining presentó las líneas maestras de una nueva propuesta, diseñada con una filosofía de riesgo cero para el medio ambiente y para las corrientes del agua. Pero desde la Plataforma muestran su rechazo al nuevo proyecto, diseñado junto a Cobre San Rafael SL para intentar retomar la actividad de la mina. El colectivo interpreta que los promotores buscan disimular el «fortísimo impacto ambiental e social» de la mina detrás de «un envoltorio e unha terminoloxía socialmente aceptable para facerse coa tan ansiada licenza social», denuncia Joaquín Rubido, Xocas, el presidente de la PDRA.
Recesión de la ría
En un comunicado, la Plataforma asegura que la empresa no puede ocultar que más de 65 kilómetros cuadrados de la cuenca fluvial que drena al Ulla muestran signos de contaminación a consecuencia de los ácidos y los materiales pesados de la mina. Tal y como afirma Xocas, el río Ulla «é capital para a ría de Arousa». A su vez, recalca que los metales son perjudiciales para las fases larvarias de los seres vivos y para la fijación de los bivalvos, por lo que «a eliminación de todo tipo de contaminación é fundamental para garantir a calidade dos produtos do mar, a viabilidade das explotacións, a biodiversidade da ría de Arousa e, polo tanto, do turismo e da gastronomía».
A pesar de que desde la minera se argumenta que la afectación del Ulla es mínima, para la PDRA subraya que ningún riesgo puede dificultar aun más la complicada situación que la ría está atravesando. Un mar, dice, cansado y resentido. Rubido fija la mirada en el futuro de Arousa y añade: «A ría hai que protexela polos valores que posúe e pola riqueza que produce para o conxunto da sociedade, e para iso de nada valen os parámetros legais. É necesario ser esixentes e así preservala para as vindeiras xeracións».
Xaquín Rubido afirma que las asociaciones ecológicas y marítimas de la zona estudian actuar contra la Xunta para exigir la protección medioambiental de la ría y el cumplimiento de ley. Entre otras cuestiones, la Plataforma en Defensa da Ría de Arousa critica que, después de un año y medio, el plan de restauración de la antigua mina no haya sido concebido. Todo ello, denuncia, provoca que los «pasivos medioambientales» sigan afectando a la ría arousana y a todos sus sectores económicos.